Omar se quedó helado. Hoy Polo tenía que ir a la reunión de la junta para acordar el plan de reforma del grupo, ¿cómo iba a volver a pueblo Santo Córdova en esta coyuntura?—Señor, ¿estás preocupado por la señorita Lucía? —Omar susurró—. No te preocupes, la gente que envié está vigilando. Ella está a salva.—¡Entonces por qué no contesta al teléfono! —Polo no pudo evitar gritar por lo bajo, agitado e incómodo.Omar no sabía qué responder.En realidad había muchas razones para no contestar el teléfono, por ejemplo, el teléfono se quedó sin batería, no se oía, no había señal, etc...Además, llamó en plena noche y tuvo que decirle a la señorita Lucía que cogiera enseguida. ¡Ella necesitaba dormir! ¡Qué poco razonable era Polo!Sin pensar más, Polo sacó las llaves de su coche y salió corriendo.En ese momento, sin embargo, sonó de repente el teléfono y se quedó inmóvil un instante mientras miraba la pantalla, con la mano temblándole ligeramente al contestar.—Querida...—¡Cariño, lo siento
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