Poco después de su tórrida sesión, Dave y su Beta, Ben, se marcharon del lugar, dejando atrás a dos de sus hombres como protección, a pesar de las protestas de Amaris. Ella quería hablar con Dave sobre Minerva, para tener una idea de cómo se sentiría él acerca de cualquier posible solución que pudieran encontrar con respecto a la falta de una marca de apareamiento. Aunque aquello todavía no era un problema, sabía que lo sería en el futuro. Los sabios no eran estúpidos, y tampoco lo eran los miembros de la manada. Tener al menos una solución temporal los protegería de sospechas a causa de ese problema. Sin embargo, tenía que admitir que se sentía increíblemente curiosa acerca de su maldición particular, y resolvió que, cuando regresaran a la casa de la manada y las cosas se calmaran un poco, le preguntaría al respecto. Sin embargo, antes tendría que superar la estúpida ceremonia de compromiso relativamente ilesa. Amaris no podía entender por qué su padre querría restregarle en la c
Leer más