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Todos los capítulos de El pecado del Alpha: Capítulo 11 - Capítulo 20
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¿Le temes al lobo?
Samantha esperó por un dolor desgarrador, imaginó que su cuerpo quedaría hecho añicos, producto de la furia de la bestia que amenazaba con atacarla, pero el dolor nunca llegó, tuvo miedo de abrir los ojos, pero al final lo hizo, quedándose atónita ante lo sucedido, el rubio reía, mientras de su mejilla salían un par de lineas de sangre.—No te acerques a mi esposa—gruñó el Alpha, quien tenía la ropa hecha jirones y estaba cubierto de tierra y maleza—, la próxima vez no seré compasivo.La joven temblaba como gelatina, si bien la bestia no la había atacado, la furia en los ojos de su esposo le hizo sentir temerosa, retrocedió, tropezando con una roca y cayendo al piso, su tobillo dolía.—Te llevaré a nuestra choza—la cargó en brazos con sumo cuidado, aunque evitó mirarlo a los ojos por temor a lo que vería dentro de estos.Una vez en la choza la depositó sobre el catre cubierto de pieles, ella nunca estuvo en un lugar parecido, el piso era de tierra, pero aun así se sintió cómoda, todav
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Costumbres de la manada
La visión de su esposa en ese vestido de manga larga con escote en forma de v dejó al Alpha gratamente complacido, la joven lograba desatar sus deseos, pero esta vez no se dejaría dominar por ellos, aunque en el fondo de su ser anhelaba saborear su piel, para él nunca habían estado juntos, puesto que aquella noche fatídica solo veía a Sahira, esta hermosa mujer que ahora era su esposa no tenia nada que ver con aquel recuerdo brutal.—¿Crees que me veo bien?—preguntó Samantha con timides , al notar que su esposo no dejaba de mirarla.—Siempre te ves bien—le dijo sin entrar en detalles, o terminaría por decir cosas que no debería, lo menos que deseaba era asustar a la joven.—Encargate de llevar más vestidos a nuestra choza esta noche, sabré recompensarte—esta vez de dirigió a la otra mujer, para luego ofrecerle el brazo a su esposa.—Gracias por el vestido—ella le sonrió con ternura.—No tienes que agadecerme nada—Iker se detuvo repentinamente—, eres mi esposa y es mi deber cuidar de ti
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Corazones rotos
Su cuñada la llevó hasta la choza de su esposo, se sentía perturbada por la situación vivida, Samantha lo único que deseaba era llevar una vida normal y tranquila, al quedarse sola se dejó caer sobre las suaves pieles que le servían de cama. Era su segundo día como esposa y ya se había visto envuelta en chismes malintencionados, quizás nunca podría empezar de nuevo, probablemente su pasado saldría a flote tarde o temprano y estaría arruinada para siempre.—¿Te sientes mal?—su esposo le tocó la frente, comprobando que tenía calentura. —Estoy un poco cansada—suspiró sin abrir los ojos.La fiebre la tenía en un estado de somnolencia, no tenía ánimos de nada.—No debí pedirte que trabajaras—gruñó arrojando el contenido de la mesita de noche contra el piso. Se recriminaba por haber hecho que la joven de esforzara cuando aun no conocía la vida en la manada.—Tranquilo, no es tu culpa—ella le sostuvo la mano con ternura, su piel suave contra la dura piel del lobo.—Cuidaré de ti—prometió a s
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Mi amada luna
Samantha estaba devastada sin ánimos de continuar, ya no tenía nada por hacer ni nada que esperar, miró el lago y recordó su pesadilla, aquella, en la cual se ahogaba en esas aguas, hasta que un hombre apuesto llegaba para salvarla; ese fue un sueño encantador, ansiaba ser querida, las lágrimas resbalaron por sus mejillas sin cesar y entonces decidió hacerlo real, se lanzó a las agua, mismas que le dieron una fría bienvenida, quizás la muerte la besaría.—No soy la muerte, pero también te puedo besar hasta el fin de tus días—las palabras resonaron en la cabeza de Samantha mientras era arrojada fuera de las aguas por un hombre que reconoció de inmediato; era Iker, su esposo.Ella estaba confundida, ¿Por qué estaba él allí? Acaso quería regodearse al verla llorar, era tan mezquino como para obligarla a mantener un matrimonio sin amor.—Para o me darás una enorme migraña—Iker se quejó rascándose la cabeza.Odiaba nadar con ropa, pero las circunstancias lo habían obligado a hacerlo; o de l
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Sentimientos encontrados
Para Samantha ese simple gesto de su marido significó demasiado, ella siempre fue una joven cita solitaria, se dedicaba a cuidar a su familia y trabajar duro para darle el sustento diario. Luego de tomar una ducha caliente, se puso un abrigo de piel rojiza, proporcionado por su esposo, él se estaba comportando con ella de maravilla, por lo que no pudo evitar que un par de lágrimas resbalaran de sus ojos.—No llores—su esposo le besó la frente con ternura y ella lo abrazó. Sintiendo así una calidez especial dentro de ella.—Siempre te cuidaré, Sammy—le dijo mirándola a los ojos. La joven sonrió ante el nombre cariñoso dado por su ahora esposo.Le costaba admitirlo a viva voz, pero se había enamorado perdidamente de su esposo, al principio le tenía miedo y solo había cedido al matrimonio para proteger a su familia del escarnio público, pues ser madre soltera era mal visto en la aldea donde vivía. Samantha se llevó las manos al vientre de forma instintiva, el Alpha colocó una mano sobre l
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Fantasmas del pasado
No podía ser su mente de seguro le estaba jugando una mala pasada, cerró los ojos con fuerza deseando que la visión de su ex desapareciera ante él, pero sucedió todo lo contrario la fémina acortó la distancia entre ambos, buscando su cercanía. Iker aspiró el aroma familia, era ella, la mujer que debió ser su esposa. Sahira estaba ante sus ojos.—¿Por qué tardaste tanto en venir por mí?—ella le sonrió, estaba tan cerca que podría besar sus labios sin esfuerzo.—¿Acaso esto es una broma?—soltó Iker sin humor, Sahira quería burlarse de él nuevamente, pero esta vez no se lo permitiría.—Hermano—la voz familiar lo hizo girarse para ver a su hermano menor. Sahira dio un paso atrás intentando fingir inocencia.—Lamento no avisarte que estábamos viviendo aquí, no quería arruinar tu luna de miel.—¿Qué tonterías dices?—soltó Sahira abruptamente.—Mi hermano y su esposa vinieron a pasar su luna de miel aquí, he conocido a mí cuñada hace un par de minutos—le explicó su esposo con cariño.—¿Te cas
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Sentimientos y sensaciones
Todo en ella parecía tan perfecto, su delicada piel se veía reluciente bajo la tenue luz de la habitación, su aroma conducía al éxtasis, se sentó en la cama junto a Samantha, apreciando sus rostro, permitiéndose acariciar sus dorados cabellos. Sería tan fácil tenerla, ella era su esposa, pero no, esta vez no estaba dispuesto a ceder ante sus impulsos.—Estarás más segura sola, mi pequeña caperucita—dijo el Alpha antes de salir de la habitación. Tener a su joven esposa indefensa era una gran tentación.Caminó por los jardines en busca de paz, deseaba calmar sus ansias, o de lo contrario terminaría actuando como una bestia otra vez. La mujer que ahora era su esposa se merecía su respeto y el se lo daría, aunque tuviera que esforzarse para lograrlo. Ella sería la madre de su hijo, uno que no estaba planeado, pero que cuidaría con esmero.—¿ Por qué tan solito, mi amor?—la voz femenina llegó a sus oídos. Era una mezcla entre dulzura e ironía.—No deberías estar aquí—el tono de Iker fue fi
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Besos que queman
Era dulce, cálido, caliente; su esposo la besaba de una manera que le hacía sentirse en las nubes, para ella nunca hubo tiempo para el amor, siendo una joven de bajos recursos y sin una madre que cuidase de ella tuvo que asumir el rol de ama de casa desde temprana edad.—Me gustas Sammy—susurró deleitándose con los labios de su esposa, nunca tuvo tiempo de apreciarlos. Aquella vez que se aprovechó de ella no se tomó el tiempo de reconocerla, solo veía a Sahira, que tonto fue al confundirlas. Ellas no se parecían en nada.Samantha irradiaba luz e ingenuidad, pese a los malos momentos vividos, mientras que su cuñada era una mujer de armas tomar, dispuesta a cumplir todos sus antojos, ahora podía verlo con claridad; siempre vivió enamorado de un espejismo, Sammy ese cariñoso nombre la hizo sentirse bonita. Era algo nuevo para ella, quien no estaba familiarizada con ese tipo de gestos afectivos, para ella nunca existió tiempo libre para socializar, los pocos momentos que no estaba trabaj
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Discordias
—Nosotros estamos comprometidos—Rowan alcanzó a hablar, colocando su dedo índice sobre los labios de la hermana del Alpha. Haciéndola callar de inmediato.—No eres competencia para mi muchacho—gruñó el Alpha de los visitantes ofendido por su altanería.—Eso deberían preguntárselo a Ackna—encendió un cigarrillo para luego soltar una bocanada de humo espeso en su rostro.La ira creciente del lobo le hizo mostrar sus colmillos.—Basta—la joven intervino—, debes tener respeto con nuestros visitantes—le recriminó a Rowan.—Yo lo siento mucho.—No te disculpes—Rowan la cortó en seco con un gruñido y ella retrocedió, esto se les estaba saliendo de control, ahora podía verlo con claridad.—Tu eres mi mujer y no pienso compartirte con nadie.—Y si tus visitantes quieren sangre con mucho gusto se las daré—el tono mordaz en la voz de Rowan empeoraba las cosas, los hombres lobo cada vez estaban más furiosos.—Te haremos tragar sangre, perro sucio inmundo—soltó uno de los jóvenes. Se notaba que estab
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La batalla
Dejar a Samantha no era algo que le pusiera de buen humor, ella era una parte importante de su vida y en ese corto tiempo se había acostumbrado a tenerla cerca, su olor, su sonrisas, eran parte de su día a día, sin quererlo era humana había cavado profundo, hasta llegar a su corazón.Aunque le incomodaba la idea, lo único que podía hacer para mantenerla segura era dejarla, al cuidado de su hermano, allí no estaría sola, pese a sus problemas familiares confiaba a su hermano. Abrazó a Samantha con ternura y ella sonrió con esa inocencia habitual que le caracterizaba.—Volveré por ti—lo prometió besando sus labios, Samantha se sonrojó—, cuida de tu mamá—arrodillándose besó el pequeño vientre de Samantha, un par de lagrimas brotaron de sus ojos.—No llores mi amor—él se las limpió con sus dedos.—Gracias Iker—sus ojos estaban anegados de lagrimas.Antes de partir llamó a su hermano, quien se comprometió en enviar un chófer para recoger a Samantha, ambos esperaban tomados de la mano en la r
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