Era dulce, cálido, caliente; su esposo la besaba de una manera que le hacía sentirse en las nubes, para ella nunca hubo tiempo para el amor, siendo una joven de bajos recursos y sin una madre que cuidase de ella tuvo que asumir el rol de ama de casa desde temprana edad.—Me gustas Sammy—susurró deleitándose con los labios de su esposa, nunca tuvo tiempo de apreciarlos. Aquella vez que se aprovechó de ella no se tomó el tiempo de reconocerla, solo veía a Sahira, que tonto fue al confundirlas. Ellas no se parecían en nada.Samantha irradiaba luz e ingenuidad, pese a los malos momentos vividos, mientras que su cuñada era una mujer de armas tomar, dispuesta a cumplir todos sus antojos, ahora podía verlo con claridad; siempre vivió enamorado de un espejismo, Sammy ese cariñoso nombre la hizo sentirse bonita. Era algo nuevo para ella, quien no estaba familiarizada con ese tipo de gestos afectivos, para ella nunca existió tiempo libre para socializar, los pocos momentos que no estaba trabaj
—Nosotros estamos comprometidos—Rowan alcanzó a hablar, colocando su dedo índice sobre los labios de la hermana del Alpha. Haciéndola callar de inmediato.—No eres competencia para mi muchacho—gruñó el Alpha de los visitantes ofendido por su altanería.—Eso deberían preguntárselo a Ackna—encendió un cigarrillo para luego soltar una bocanada de humo espeso en su rostro.La ira creciente del lobo le hizo mostrar sus colmillos.—Basta—la joven intervino—, debes tener respeto con nuestros visitantes—le recriminó a Rowan.—Yo lo siento mucho.—No te disculpes—Rowan la cortó en seco con un gruñido y ella retrocedió, esto se les estaba saliendo de control, ahora podía verlo con claridad.—Tu eres mi mujer y no pienso compartirte con nadie.—Y si tus visitantes quieren sangre con mucho gusto se las daré—el tono mordaz en la voz de Rowan empeoraba las cosas, los hombres lobo cada vez estaban más furiosos.—Te haremos tragar sangre, perro sucio inmundo—soltó uno de los jóvenes. Se notaba que estab
Dejar a Samantha no era algo que le pusiera de buen humor, ella era una parte importante de su vida y en ese corto tiempo se había acostumbrado a tenerla cerca, su olor, su sonrisas, eran parte de su día a día, sin quererlo era humana había cavado profundo, hasta llegar a su corazón.Aunque le incomodaba la idea, lo único que podía hacer para mantenerla segura era dejarla, al cuidado de su hermano, allí no estaría sola, pese a sus problemas familiares confiaba a su hermano. Abrazó a Samantha con ternura y ella sonrió con esa inocencia habitual que le caracterizaba.—Volveré por ti—lo prometió besando sus labios, Samantha se sonrojó—, cuida de tu mamá—arrodillándose besó el pequeño vientre de Samantha, un par de lagrimas brotaron de sus ojos.—No llores mi amor—él se las limpió con sus dedos.—Gracias Iker—sus ojos estaban anegados de lagrimas.Antes de partir llamó a su hermano, quien se comprometió en enviar un chófer para recoger a Samantha, ambos esperaban tomados de la mano en la r
La rabia del Alpha iba en aumento, deseaba desgarrarle la garganta a Rowan con sus propias manos, ¿acaso no era capaz de comprender la idiotez que estaba haciendo? Pedir perdón no era algo que le gustase, sin embargo tendría que hacerlo por el bien de su manada.—Me gustaría que habláramos en privado—Iker se dirigió al Alpha que los visitaba, quien se veía claramente ofendido por el acontecimiento anterior, a pesar de eso accedió a dialogar.Para que todo fuese privado decidieron charla en la choza del Alpha, y pese a tener varios desacuerdos que podrían acabar la negociación Iker terminó por acceder a todo, solo por el bien de su manada, odiaba ceder, pero era la única forma de lograr una cooperación pacifica entre ambas manadas.—Me alegra saber que alguien y los Rowen tiene palabra—el hombre le estrechó la mano a Iker con una sonrisa de medio lado.—Estaré ansioso por escoger las quince esposas que me prometió para mis hijos, quiero que sean las mujeres adecuadas para continuar mi l
Iker estaba sorprendido y algo dudoso sobre la conversación con la gitana, si no que ella le prometía era cierto, quizás no le vendría mal aceptar, sin embargo, no podía apresurarse con su respuesta.—Vamos a bailar—Iker le tendió la mano a su hermana, quien estaba sentada sobre una roca—. Deja esa mala cara.—Vamos—ella terminó por aceptar y respiró resignada tomando su mano.—Debes entender que esto no es un castigo—susurró a su oído antes de empezar a bailar una especie de vals.—Si no es un castigo, ¿ qué es? Hermano—soltó a la defensiva y él la hizo girar.—Cuido de nuestra familia, hermana—la miró a los ojos con ternura—. Tú, nuestro hermano, Samantha y mis hijos; daría mi vida por ustedes.En ese momento la joven lo comprendió, su hermano no la estaba traicionando, ni minimizando por ser mujer, estaba protegiendo su linaje como un día se lo prometió a sus padre, un par de lágrimas resbalaron por sus mejillas.—No lo arruines, hermana—Iker limpió sus lágrimas con cuidado.—Siempr
Samantha subió a la recámara que su cuñado le había asignado, era un lugar amplio, sin embargo no era acogedor, las paredes de piedra eran incapaces de alejar el frío, por eso no tardó en encender la chimenea y sentarse sobre la alfombra de piel ante ella.Suspiró pesadamente permitiéndose quitarse los zapatos que comenzaban a maltratarle los pies hinchados por el embarazo, era imposible para ella comprender el dolor que Iker llegó a sentir al verse traicionado por aquellos a quienes amaba, su hermano y su ex prometida habían sido crueles con él.—Quizás tus heridas y las mías podrían sanar si estamos juntos—la rubia suspiró limpiándose el sudor que comenzaba a perlar su frente, producto del calor que emanaba de la chimenea.Ya no se sentía cómoda en esa casa, quería volver con Iker, aspirar su olor y sentirse protegida por sus brazos fornidos. Desde que fue abusada por un desconocido su miedo por los hombres aumentó, hasta que se permitió conocer a Iker, el fue sincero, amable y todo
Sahira la miró con rabia, o quizás era dolor, porque una lágrima se escapó de sus ojos y rodó por su mejilla, solo ella sabía la razón de eso. Su esposo puso una mano sobre su hombro, ella se recompuso de inmediato y lo miró con desafío.—Yo no soy el enemigo, así que para con tu actitud—le frenó de inmediato y Sahira terminó aceptando de mala gana.—Iker decía que me amaba, siempre pensé—la voz de la mujer era apenas un susurro.—Pensabas que te amaría por siempre, al grado de no continuar su vida con otra persona—su esposo completó la frase.Sahira lo miró sin odio y asintió, no quería lastimar a su compañero, pero una parte de ella añoraba el amor desmedido que el Alpha le brindó durante tanto tiempo, si bien ella fue quien le dejó, no estaba preparada para sentirse como un ser sustituible en la vida de aquel quien le prometía constantemente un para siempre.—El amor no es capricho, esposa mía y hasta el hombre más enamorado de todos es capaz de olvidar, sanar y continuar.—Iker no
Iker tomó forma la de lobo en cuanto cae el punto más oscuro de la noche, estaba ansioso por reunirse con su amada, esa mujer en poco tiempo se encargo de meterse en lo profundo de su corazon, si tan solo hubiese actuado de otra forma al conocerla, no vivirá con el tormento eterno que siempre le recordaría la bestia asquerosa que podía llegar a ser, esa criatura habitaba dentro de y de no tener cuidado saldria a flote nuevamente. Corrio por el bosque mientras la brisa helada le acariciaba el pelaje, sintiéndose libre, aunque atado a la vez, la extrañaba de sobremanera, quería reposar a su lado; verla descansar le daba una paz que nunca antes había conocido, y ahora ansiaba constantemente. Cuando no estaba junto a Samantha pensaba en aquel momento de luna, tanto era su agonía, que en algunos momentos llegaba a creerse que enloquecería de tanto pensar y culparse por lo ocurrido. Porque sin duda él nunca se perdonaría la atroz infamia contra su esposa.