La mansión estaba llena de tensión cuando Alice, Richard, John, James y Tatiana se reunieron en la espaciosa sala de estar. Solo el cantar de los grillos se hacía presente, ya que la servidumbre de la mansión Clark se había retirado a sus respectivas habitaciones.La chimenea crepitaba, proyectando sombras parpadeantes en las paredes, reflejando la inquietud que impregnaba la habitación. La ausencia de Margaret y del pequeño Ben flotaba pesadamente en el aire, dejando un vacío que necesitaba ser llenado con respuestas.Richard, con el rostro marcado con líneas de preocupación, caminaba de un lado a otro, su mente llena de preguntas. — ¿Por qué Margaret se iría así? ¿Y por qué diría esas cosas hirientes? Sonaba... no como ella, ¿me entienden? Su voz temblaba con una mezcla de confusión y dolor. Alice, con el ceño fruncido, trató de entender la situación. — Richard, en serio, ¿pasó algo? ¿Tuvieron una discusión antes de que ella se fuera? Debes tratar de recordar cada detalle, no pue
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