Estuve varios días sin salir del dormitorio, entrando solamente la sirvienta para dejarme la comida y la cena, hasta que una mañana entró Fabricio muy enfadado en el dormitorio, me cogió del brazo con fuerza, intenté soltarme de su agarre pero no pude hasta que cuando llegamos al jardín, me sentó en una de las sillas obligandome a desayunar con él.— No quiero sigamos estando mal, no lo soporto y aunque no me creas te amo demasiado, lo he pensado muy bien y voy a dejarte marchar cuando nazca mi hijo, esa es mi unica condicion – me dijo— Y tú crees, que voy a tener un bebe, te lo doy y ya me olvido, Fabricio, los hijos no se regalan — dije— Hablaré con mis abogados, firmaremos un acuerdo de divorcio con la custodia compartida de nuestro hijo, si lo rechazas nunca más volverás a ver a tus hijos, piensalo — me dijo— Si acepto, ¿será sin ninguna trampa por tu parte?--- pregunté— Todo será legal, como te he dicho, lo podrás ver cuando quieras — me dijo— Cuando firmemos el documento, e
Leer más