No puede ser, esto no me puede estar sucediendo a mí. El padre no para de hablar, va demasiado de prisa, dentro de nada me toca darle el “Sí” ¿Dónde estás Ale? Si tan solo escuchara tu voz diciendo “Yo me opongo”.Solo yo puedo saber lo mal que me siento en estos momentos por querer hacerle esto a Orlando. Él está ahí, parado justo al lado mío, con la sonrisa más genuina que le he visto en estos cuatro años que llevamos juntos. No tiene ni idea que lo menos que quiero hoy es casarme con él¿Por qué la vida es así? ¿Por qué no puedo quedarme con él y ser feliz por el resto de mis días? A su lado no me falta de nada, lo tengo todo, su cariño, las comodidades, los lujos, la tranquilidad de saber que no va a hacer nada que me lastime jamás, todo menos amor.Lo he intentado, Dios sabe que lo he intentado con todas mis fuerzas. Me he obligado a amarlo, pero no he podido. Quizás ahí esté el problema, un amor no puede obligarse, el amor tiene que ser libre, se supone que el amor te deje v
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