Nada que hacerYa no había nada que hacer. Las cosas que podían salir mal habían salido mal y al final todo había determinado en una situación mucho más compleja que la de antes. No había forma de asumir aquello como algo provechoso o por lo menos aceptable, todo se me estaba viniendo encima cuando quise darme cuenta de mi situación y eso que el tema del embarazo ni siquiera se llegó a mencionar.Rebeca, antes de irse, llevando de la mano al señor Cavill, me dedicó una medida de desprecio como lo había hecho aquel día cuando yo tome su lugar firmando el dichoso contrato. Ahora, a diferencia de la mirada de aquella vez, su deprecio era el de alguien que triunfa y mira por encima del hombro al vencido, en este caso ella había ganado solo porque yo había tenido que retirarme de la partida, pero ella no sabía eso ¿O sí? La forma en cómo reaccionó Martins al ver que por fin se iba a consumar aquella boda me dio mucho que pensar, pues la emoción regresó a su rostro y en sus labios se dibujó
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