—¿Qué tal, nena? ¿Cómo estás? —Fue lo primero que preguntó apenas y le respondió la llamada.—Hola, bien —le devolvió Helena con la voz apagada.—Bien, pero… —le dijo a manera de pregunta y la escuchó suspirar —¿Damián? ¿Está bien o…?—No, no él está bien —le aclaró a prisa —dentro de lo que cabe, se va recuperando. —Menos mal, pensé que algo malo había pasado.El silencio se hizo presente y solo un leve sollozo se alcanzó a escuchar del otro lado de la línea. —¿Qué pasa, Helena? Puedo escucharte y casi ver que muerdes tu labio para no romper en llanto, dime.—Me siento fatal, Jason —le confesó entre lágrimas y su amigo se alteró, le pasaron por la mente mil cosas y ninguna era buena, comenzó a andar desesperado de lado a lado de la sala hasta que la escuchó hablar —estoy embarazada. —¡Dios! Pensé que sería algo muy grave, no juegues de esa manera conmigo. —No estoy jugando, Jason —replicó molesta —estaba en control y pasa esto y además de todo Damián no me recuerda, no sabe ni qu
Leer más