Isabella, estaba en una cosa que no la calentaba ni el mismo sol, no podía dejar de llorar, se sentía demasiado vulnerable, tenía en sus brazos al pequeño bebé Demian, Emiliano jugaba con Teodoro y sus tres cachorritos, la bella mujer pensaba y pensaba en que hacer, no podía solamente quedarse con los brazos cruzados ¿cierto? — Emiliano, haremos las maletas para salir a los Estados Unidos, iremos a aclarar este malentendido, sea lo que sea quiero saber ¿por qué mi marido me ha traicionado con esa mujer? — Mami, ¿papá se ha portado mal? ¿lo vas a castigar, mamá?— ¡Si tú papá, se atrevió a hacer lo que parece que hizo en esa foto que me enviaron, le voy a tirar la compañía encima con todo y edificio, juro por dios que Valentino Lombardi, me va a conocer herida, despechada y encabronada!Isabella, hizo maletas, tomó a sus hijos a Teodoro, Dana y los tres cachorros y salió de Nueva Zelanda en un avión privado con destino a América, sentada no se iba a quedar La hora del almuerzo llegó
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