Dex DeCostelloPuerto Vallarta, Jalisco, México–Está bien Alan, entonces renuncio – Dije enojado – No pienso quedarme a trabajar en un sitio en el que se cometen este tipo de abusos de autoridad. Vámonos Valeria, no tenemos nada que hacer aquí, amor. Estás cometiendo una injusticia Alan, pero ya ni modo.El que iba a salir perdiendo en todo ese iba a ser Alan, porque si Valeria se iba, más atrás me iba yo, y no me importaba si había un contrato de trabajo, eso se podía arreglar de inmediato, él estaba despidiendo injustamente a Valeria, sin tener un motivo, porque el trabajo era trabajo y lo demás salía sobrando.–Dex, ¿Qué haces? – Ella susurró por lo bajo – Yo no puedo perder mi empleo.Nadie lo iba a perder, la balanza se iba a inclinar hacia nosotros, Alan era un empresario y sabía que le convenía y que no, lo tenía agarrado de los de abajo, como bien lo sabe, va a buscar una forma de retenerme, pero solo con una condición me quedaría, de que a ella no la despidiera. –Confía en
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