Después de terminar la llamada con Alexander, Ariadna se recostó en la cama, acarició su vientre y comenzó a hablarle a su bebé. Luego de unos segundos sintió un movimiento apenas perceptible. Aun así, no podía estar tranquila.Se levantó lo más rápido que pudo, salió de la habitación y caminó hasta la habitación de su madre.—William —Llamó antes de llegar a la puerta— William —dijo esta vez al mismo tiempo que tocaba. Volvió a llamarlo a él y luego a su madre. Escuchó sus voces y no tardaron en abrir. Su madre fue la primera en aparecer, vio a William más allá terminando de colocarse su camiseta.—hija, ¿qué sucede?—William, ¿podrías revisar si mi bebé está bien?—¿Qué? ¿Te sientes mal? ¿Estás sangrando o…—No, no. Solo no la he sentido moverse desde hace días. Ella siempre está inquieta.—No tienes de que preocuparte, es algo normal. Pero para estar tranquilos voy a revisarte. Cariño, llévala a su habitación. Estaré con ustedes en un minuto.William se quitó el Estetoscopio, la m
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