Hoy era el tercer día en Italia, Mariano no me había tocado, y yo ya estaba un poco molesta por eso, no me gustaba saber que yo era una pervertida.— Bebé vamos a llegar tarde a la cena —Yo me apure en el baño y salí, Mariano se veia jodidamente sexy, o eran mis hormonas que estaban alborotadas.— que preciosa eres — Me dijo Mariano mirandome de arriba a bajo, yo le sonreí provocativas mente.— ¿Y si nos quedamos aquí? — Le sugerí.Mariano nego con la cabeza de inmediato, yo puse mala cara, estaba muy arrepentida de haberle dicho esas cosas, unas que uso en mi contra, era tan desesperante verlo desnudo y duro y no poder hacer nada.— si nos quedamos te juro que no te vas a arrepentir — Le dije.Me acerque a el y me arrodille, abrí su cremallera y metí la mano, aparte la tela y saque a mi querido y delicioso amigo, como me había hecho falta, creo que jamás volveré a decirle a Mariano que no lo hagamos.— ¿Puedo? — Le pregunté mientras lamía la cabeza.— Vamos bebé, yo quiero ir — Me d
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