La voz de uno de los Lycans lo sacó de sus pensamientos. — Señor, lo llaman de la orfebrería — Uno de los hombres vino para avisarle a Demetrio. — Vasil, parece que la joya está lista. — Entonces envía a alguien a buscarla, no quiero a nadie husmeando aquí, que vaya uno de los muchachos. — De inmediato — Demetrio estaba ansioso por activarse, no se había movido de la mansión para no desobedecer a su Alfa, pero si no hubiera sido por las órdenes de Vasil de esperar y ser prudentes, ya no habría ido a destazar vivo al tipito ese que mantenía cautiva a la que, a todas luces, parecía haber resultado ser su mate. El Beta no tardó en dar la orden y al cabo de una hora ya la joya estaba en casa. Alguien se acercó a él con una cajita de terciopelo elegante y delicada. — Trajeron esto, señor, es lo que envió a buscar. — Gracias, dile a los chicos que se mantengan alerta, en cualquier momento saldremos, necesitaremos apoyo. — Como usted ordene. Los tres, Vasil, Helena y Demetrio se reú
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