Inicio / Romance / Accidente Destinado / Capítulo 41 - Capítulo 50
Todos los capítulos de Accidente Destinado: Capítulo 41 - Capítulo 50
100 chapters
Capítulo 41: Quiero estar contigo
Si hubiese estado de pie, estaba segura que las rodillas hubieran cedido hasta caer, para su fortuna estaba sobre esa camilla de enfermería y apretada en esos brazos que ahora alrededor de su cuerpo los sentía fuertes y protectores. No sólo sus labios conectaron, sino también sus lenguas. Aquel beso que inició un tanto rápido e inocente se estaba convirtiendo en uno caluroso y apasionado. Como si ambos estuviesen sedientos luego de varios días sin agua y por fin pudieran aliviar un poco sus gargantas.Un carraspeo les obligó a detenerse, dándose cuenta de lo agitado de sus respiraciones.—Tan inoportuno como siempre —refunfuñó Matthew al observar de quién se trataba.—Lamento interrumpirlos, pero la discusión inició una pelea y ahora hay algunos empleados heridos, nada de gravedad, pero necesitan utilizar la enfermería —avisó Steve encogiéndose de hombros— Además, no es justo que digas eso sobre mí, he estado aguardando en la puerta a que ustedes terminaran, pero viendo la situación s
Leer más
Capítulo 42: Mi novia
— ¿Estar con Leo?No me molesta que los demás piensen que tu hijo es mío, porque si tú lo aceptas estoy dispuesto a ser su verdadero padre.— ¿Qué estás diciendo? No entiendo... —sonrío nerviosa.—Lo he estado pensando todos estos días, así que no es algo precipitado, aunque entiendo que pueda parecer así, pero de verdad quiero que ambos estén a mi lado. Por eso si tú estás de acuerdo incluso podría adoptarlo.— ¿Adoptarlo?—Puedo registrarlo como mi hijo.— ¡¿Qué?!—Por favor no vuelvas a impresionarte como aquel día cuando te confesé lo que siento por ti.Los ojos de Naia se aguaron, mientras miles de palabras querían escapar de sus labios, pero al mismo tiempo ninguna lograba salir. Un par de lágrimas se deslizaron, pero ella logró atraparlas antes de resbalar por completo por el rostro.Matthew estiró su mano para tocar las de ella y llevarlas hasta su regazo.—Es una propuesta, pero estaré de acuerdo con lo que decidas.—Es que no lo entiendo, tú no me conoces, no sabes nada sobr
Leer más
Capítulo 43: Empieza a imaginarlo
Al final del día regresaron al apartamento, con varios paquetes y con un bebé agotado de estar por fuera de casa. Fue Matthew el que se ofreció a darle un baño con agua caliente y a vestirlo para acostarlo en su cuna. Fue él quien luego ofreció una copa de vino con agua a Naia mientras él se servía una copa de vino tinto y fue él quien no esperó a que ella bebiera el primer sorbo antes de iniciar un beso frente a la chimenea.El beso se intensificó, así como el calor, pero en esta ocasión no se trataba de la calefacción o de la chimenea eléctrica, tampoco del licor sin probar o de la manta que los arropaba sobre la alfombra. En esta ocasión el calor emanaba de ambos cuerpos, con la intensión de fundirse como uno solo. Sin embargo, Naia no estaba preparada y posó su mano sobre el firme pecho masculino para detenerlo.—Es muy pronto —enunció con voz tímida pensando que tal vez podría enfadarse y la obligaría a estar con él.— ¿Para qué es muy pronto? —indagó en un susurro.—No estoy lis
Leer más
Capítulo 44: Es igualito a ti
Ya había transcurrido una semana de convivencia. Los tres en el apartamento era como si en realidad fuesen una familia, pero además de los besos y algunas caricias, nada más había sucedido entre los dos. Naia aún no se sentía preparada y Matthew no deseaba forzarla. Había algo en ella que no lograba entender en relación con su comportamiento y con esa renuencia a tener un contacto físico más profundo. No obstante, él aceptaba y aguardaba por el momento en que pudiera derribar esas barreras invisibles que ella había construido a su alrededor.—Buenos días —saludó Naia recién bañada y vestida al igual que su pequeño Leo.—Buenos días —contestó él también ya vestido para ir a trabajar.— ¿Hoy llegarás tarde?Él pensó intentando recordar su agenda sin mucho éxito.—No lo creo, ¿quieres que salgamos a algún lugar?—No, es sólo que me gustaría que viéramos una película.—Esa es una excelente idea, podríamos ir al cine, hace mucho que no lo hago.—No me refería a salir, además no creo que de
Leer más
Capítulo 45: Nuestro nieto
La mujer meneó la cabeza y frunció los labios haciendo que se marcaran algunas líneas de la edad.—Entremos, esto lo tenemos que discutir con toda la familia.Naia observó a Matthew sin entender qué estaba sucediendo. Incluso observó al niño y a él, en verdad había un parecido, pero no lograba ver cómo esa similitud no sería igual a otro hombre con un tono de ojos similar, más en un país en donde las personas se caracterizaban por su tono de piel pálido y sus ojos claros.Al ingresar, en la sala alrededor de la chimenea había otras personas que posaron de inmediato su mirada sobre ella. Matthew intervino para presentarlos.—Ella es mi madre, ya la conociste, es Virgin Garner —La mujer mayor asintió antes de sentarse al lado de un hombre mayor, de cabello con tonos rojizos, también alto y de aspecto atlético a pesar de su edad—. Él es mi padre Matthew Johnson.El hombre se levantó y extendió su mano para saludarla, expresándole una extensa sonrisa.—Ellos son mis hermanos: Joey y Arón
Leer más
Capítulo 46: ¡Bienvenidos a la familia!
— ¿Por qué respondiste que vamos a casarnos? Nosotros no hemos hablado sobre eso, además es demasiado pronto —murmuró Naia para que sólo Matthew la escuchara.—Ahora que me he enamorado de ti no pienso alejarme, así que espero que algún día ese sea nuestro plan, por eso dije que será cuando estemos listos —susurró en el oído de Naia haciéndola estremecer tanto por aliento cálido como por la cercanía y palabras que le expresaba frente a su familia.Esto en realidad era por completo nuevo. Aún no podía creer el recibimiento que le habían dado, menos el cariño que le estaban demostrando a su hijo en este momento. Era como si de verdad estuvieran recibiendo a alguien de la familia. Estaba feliz por aquello, pero también estaba preocupada que en cualquier instante esa hermosa imagen se desmoronara. Detestaba ser tan negativa, le dolía pensar de esta forma, pero era algo que no podía evitar. Eso era el resultado de su nefasta experiencia.—Matthew ayúdame en la cocina, estoy preparando la c
Leer más
Capítulo 47: Todo fue mentira
De regreso al apartamento, ambos estuvieron en silencio. En el automóvil sólo se escuchaba la voz de Amy Winehouse entonando Close to the Front, mientras Naia procesaba todo lo que acababa de vivir y Muchas preguntas se acumulaban en la mente de Matthew.Luego de cambiar la ropa de Leo y acostarlo en su cuna. Naia salió a la sala, ahí estaba Matthew con una copa de vino como ya era su costumbre y al lado de ésta una copa con agua. Ella no entendía por qué no sólo utilizaba un vaso si se trataba de agua, pero no dijo nada. Sólo se sentó a su lado, en el amplio y cálido mueble que permitía ver parte de la ciudad a través de un gran ventanal. Las luces de la sala eran tenues y las de la ciudad parecían miles de bombillitos que conformaban un hermoso panorama.—Supongo que fue agotador conocer a mi familia.—No, no ceo que esa sea la palabra adecuada —pensó—, tal vez sería correcto decir que fue deslumbrante.— ¿Por qué?—Porque es evidente que son una familia unida, que se quiere y se p
Leer más
Capítulo 48: Aquel dolor
Sin saber qué hacer la sostuvo entre sus brazos.— ¡¿Qué sucede?!Preguntó, pero ella no podía responder, se estaba ahogando. Su rostro enrojeció mientras llevaba las manos a su pecho de forma desesperada.—No puedes respirar —Ella asintió rápido y él tomó el teléfono para llamar de inmediato al 911 de emergencias. Dejó el altavoz encendido mientras pedía por ayuda, y al tiempo en que ella continuaba ahogándose desesperada. Naia se desmayó en sus brazos y él la dejó sobre la alfombra. Recordó aquella clase lejana de RCP cuando estaba en el equipo de natación de la secundaria y pronto empezó a realizar compresiones mientras sus labios se unían con desespero a los de ella para empujar en éstos el oxígeno que le estaba haciendo falta. No supo cuánto tiempo transcurrió, pero si se trató de segundos, lo sintió como si hubiesen sido horas. Cuando vio que el pecho de Naia subía y bajaba respirando con normalidad, terminó la llamada para ahora marcar a Steve.Lo instó a presentarse de inmed
Leer más
Capítulo 49: Sanar tus heridas
—Señorita Ortega, recuerde que es importante hablar con el psicólogo, él le dará el tratamiento oportuno —dijo la doctora Stevenson.Pero Naia evadió su mirada, sólo se limitó a mirar sus manos unidas, sintiéndose muy tonta por lo que había sucedido. Estaba más preocupada por el mal momento que le había hecho vivir a Matthew, que por lo que la mujer mayor le estaba diciendo en este momento.Al ver que la paciente no respondía, la médica prosiguió:—Usted continúa evadiendo algunas preguntas y es importante hablar, en especial cuando se han experimentado situaciones de violencia y abuso.— ¿Usted le dijo algo sobre mí a Matthew? —preguntó en un hilo de voz.—Como su acompañante y responsable le comenté la situación desde el punto de vista médico. ¿Por qué me hace esa pregunta?, ¿No confía en él?, ¿teme que la lastime?Naia meneó la cabeza ante todas esas preguntas.—Él es bueno, pero... pero...—Entiendo, aún no confía en él.—No es que no confíe, es que me avergüenza mi situación. No
Leer más
Capítulo 50: En problemas
Aquellas palabras quedaron grabadas en la mente y el corazón de Naia, por lo cual si aquel era un sueño, deseaba no despertar. Desde que fue dada de alta en el Hospital hace dos días él no se apartó de su lado, lo cual se sintió agradable, por todas su atenciones y el afecto que le demostraba tanto a ella como a Leo, pero también resultó preocupante por cuanto había dejado de ir a trabajar y notaba que ignoraba las llamadas de Marguerite y del abogado Steve.—Naia, han traído el desayuno —enunció él con una sonrisa al entrar en la habitación, mientras ella aún continuaba en la cama en compañía de su hijo.—Ya te dije que yo puedo levantarme y cocinar. La doctora no me envió ninguna incapacidad. Estoy bien. Bi-en —enfatizó.—Pero yo estoy más tranquilo si tú permaneces en cama.Ella suspiró.—Mateo te lo digo, estoy bien, puedo cocinar, no es necesario que solicites el servicio a un restaurante.Él se acercó a la cama con una sonrisa bobalicona.— ¿Cómo me dijiste?—Que puedo cocinar.
Leer más