Isis BravataLa vida está hecha de oportunidades, ya sean grandes o pequeñas siempre nos están rodeando. El problema son los caminos a los que nos llevan esas oportunidades y creedme, no todos son buenos. Tenía poco más de siete años cuando perdí a mi madre en un tiroteo entre narcotraficantes y la policía, aquí mismo, en la favela de Gavião, y en aquel momento mi padre estaba ingresando en la policía. Saber que la policía fue quien nos la arrebató fue lo que hizo que Heitor Bravata, mi padre, recurriera a Lord Léo y se tomara la justicia por su mano y desde entonces, el hombre con formación militar, se convirtió en el perro guardián del poderoso narcotraficante. Crecí en la barriada, conozco cada calle, cada guijarro que se cuela en ese lugar, a sus habitantes y la forma en que viven allí, conozco sus secretos, cada puerta que conduce a escondites absurdos. Conozco los bosques que la rodean y todos sus senderos, así como las carreteras construidas con el propósito de llevar y traer m
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