Hoy Samara se puso bella, quería que lucir bella, y por ello salió temprano al dónde la diseñadora, desde luego echaría andará sus planes, subió a su auto de niña rica, en la mente de Samara estaba la firme idea que ella lo merecía todo, incluido todo lo de su prima Renata, siempre la envidiado, pero ahora la odiaba y con mucha más fuerza, bajo del auto tan pronto llegó a la mansión, bajo dejando ver su resplandeciente cabello el cual brillaba, al igual que ella, se sentía una diosa y como tal le gustaba ser tratada.Al entrar a la casa vio que su prima Renata hablaba amenamente con Luciano, tenso su mandíbula, pues ella nunca tuvo la atención de nadie, siempre todas las atenciones, los abrazos siempre se las llevaba Renata.—Hola prima no pensé encontrarte aquí, pensé que estabas con tu esposo, ya es muy raro verte aquí, que rápido te olvidas de nosotros —dijo Samara con bastante sarcasmo, pero para Renata era normal, ver actuar a su prima de esa forma era algo ya cotidiano.—Sabes
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