DrabenEncendí el puro cubano mientras me acomodaba en la silla, la sala de uno de los edificios de mi propiedad estaba cargada de tensión.El reloj marcaba las nueve de la noche, para este momento ya debería estar en la casa pero tengo que encargarme de una situación.En realidad, me tengo que encargar de una rata que apareció entre mis hombres.La luz tenue de las lámparas colgantes apenas iluminaba las caras de los hombres sentados alrededor de la mesa de roble maciza. El aroma a tabaco y whisky llenaba el aire.Mire a todos los hombres, a la mayoría los conocía de cuando trabajaron con mi padre a los demás les tendí mi mano y puse de mi lado.Con las miradas directamente en la mesa, tensos y en silencio. Así se encontraban todos desde que los mandé a reunir.Solté el humo del puro acomodandome en la silla en la cabecera de la mesa. Recorría a cada uno de los presentes. A mi derecha estaba Gaspar, quien era mi mano derecha después de Dominick. Él observaba atentamente, listo para
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