CamilaNo sé qué hacer, Carlota está frente a mí apuntándome con una pistola. Yo estoy tan nerviosa. Ni siquiera la voz me sale ahora.Sigue acercándose más con esa arma.—Te lo advertí en París que no te acercaras a Ignacio. —grito con rabia, ella está alterada.—¿Puedes bajar el arma? Hablemos tranquilamente. —Pronunció esas palabras lentamente, estoy llena de miedo, no quiero morir hoy, tengo un futuro por delante, mi madre está por casarse, quiero graduarme vivir con mi novio y que tengamos dos hijos.—No estoy aquí, para a hablar contigo, vine a mandarte al otro mundo, tu no debiste fijar tu ojos en él… No debiste quitarmelo.En verdad está mal de la cabeza, es una esquizofrénica ¿Yo no sé lo quite? Porque ellos nunca fueron novios. Ella sabía desde un principio que yo existía y que éramos novios y aún así lo acosaba y planeo con la madre de él, ese falso compromiso.Noto cómo German empieza a caminar detrás de Carlota Laurent y me hace una seña de silencio llevando el dedo índic
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