01 de diciembre de 1741Bien dice el dicho que nadie aprende en cuerpo ajeno. Catherine comprende eso cuando entiende que no todo lo que conoce es lo que es. Si alguien le hubiese contado antes que existe una criatura gigante de nombre desconocido en el paso por el abismo, se habría reído en su cara, pero no puede negar lo que está justo frente a sus ojos.Todos los piratas salen corriendo y se asoman por la borda para ver el mar, que parece en una quietud espectral, justo antes de una tormenta.No logran ver nada en la superficie, pero de pronto el paso de algo muy, muy grande por debajo del casco produce una sacudida en el barco que los eleva.El pánico no se hace esperar, los marineros se quedan totalmente quietos y algunos se alejan del borde. Catherine ve a Arden aparecer desde la entrada a la artillería.—¡Cath! ¡¿Qué sucede?! —Sus ojos pasan de ella al comodoro que está a su lado, frunce el ceño, sin embargo, no tiene tiempo para preguntarle qué está haciendo ahí afuera.—Arden
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