Capítulo 98: Sin defensa.
—¿Tú que crees, padre? —inquirió con cinismo Ryan—, dicen que el que ríe al último, ríe mejor —enfatizó mientras lo subían a la patrulla, y lo trasladaban a San Francisco, como si fuera un delincuente, con máxima seguridad.La sonrisa que tenía Ralph se le borró del rostro, bufó con ira y se retiró a ver cómo seguía su madre.—Desde ahora yo me hago cargo de la señora —enfatizó. Rose abrió los ojos, escuchó la voz aguda de su hijo, negó con la cabeza. —No, yo no quiero estar a tu lado, prefiero quedarme en este lugar —espetó. —Pero mamá, ¿qué dices? ¡Soy tu hijo! ¡Estoy vivo!Rose se incorporó y plantó sobre su hijo, su mirada profunda. —¿En dónde estuviste todos estos años? ¿Escondido? —vociferó. Ralph apretó sus puños. —¡Claro que no, madre! —respondió—, cuando logré escapar del secuestro, tuve un grave accidente, perdí la memoria, la recuperé hace poco, y supe que mi hijo, mi amado Roger, murió. —La voz se le quebró—, y pedí una investigación, mamá, es terrible lo que descubr
Leer más