Erika entra en su casa enardecida en cólera, tirando la puerta con todas sus fuerzas, su madre la mira con desconcierto.- ¿Qué sucedió? ¿Por qué vienes así?- El estúpido de Patrick me quiso terminar por la imbécil de Eleanor Grant - ¿Y tú qué hiciste? - dice la madre angustiada.- Le dije que estaba embarazada de él. Ya no podía seguir ocultándolo.- ¿Cómo reaccionó? - preguntó la madre de Erika.- Quiso solamente hacerse cargo del escuincle, no quiere tener nada conmigo. - dice Erika en una rabieta.- No puedes permitir que eso suceda, él tiene que casarse contigo. - dice la madre con severidad. - Es la única manera que tenemos para salir de esta crisis. - ¿Y qué más puedo hacer? - dice Erika estresada.- Si no responde, tendremos que decirle a tu padre que hable con él. De ese modo tendrá que casarse contigo quiera o no. - ¿Tú crees que funcionaría? - pregunta Erika con escepticismo.- No perdemos nada con intentarlo. Además, no podemos permitir que Patrick te abandone y te de

Patrick salió de la casa de Erika con frustración. Sabía que tenía mucho que reflexionar sobre su vida y sus decisiones.Caminó hasta subir a su vehículo, subió mientras conducía de vuelta a casa, Patrick repasaba en su mente todo lo que había sucedido en las últimas horas. Recordaba las miradas de decepción y tristeza de Erika y Eleanor, y se sentía abrumado por la culpa y el remordimiento.Sabía que debía tomar medidas para reparar el daño que había causado.Pero su corazón se rehusaba a renunciar a Eleanor Grant, era consciente de cuanto dolor les había ocasionado a ambas mujeres y que por culpa de su orgullo tomó decisiones egoístas que habían afectado a su vida y la de los demás.Se prometió a sí mismo que haría lo posible por enmendar sus errores y convertirse en un hombre mejor y más responsable.Patrick llegó a casa con la mente en un torbellino, y en lugar de relajarse, se encontró cara a cara con Erick.- Necesito hablar contigo. - dijo Patrick rompiendo el silencio. - Aléja

- Sólo piénsalo. - dijo Erick antes de salir de la oficina de Eleanor.Eleanor asiente incómoda. Después de que Erick sale de la oficina, Eleanor se queda un momento en silencio, tratando de ordenDar sus pensamientos. Sabe que la situación con Patrick será difícil, pero la idea de apegarse a su hermano para sacarse el clavo tampoco era muy bueno.Durante el resto de la tarde, Eleanor se enfoca en su trabajo y trata de mantener su mente en sus tareas.Finalmente, después de varias horas de trabajo, Eleanor termina sus tareas y se prepara para irse a casa. Cada día supone ser un reto nuevo en su vida desde que está cerca de los Miller. Necesitaba un respiro de todo lo que le estaba sucediendo y no tenía a nadie en quien confiar más que en su madre la cual no quería preocupar más de lo que ya estaba.De pronto una llamada telefónica la saca de sus pensamientos. - ¿Cómo está la mujer más hermosa de todo el mundo? - dice Stephan el Holandés.- Hola, Stephan. - contesta la señorita Grant.

Patrick comenzó el día con un dolor pulsátil, la bebida del día anterior le estaba pasando factura. Se frotó los ojos mientras se desperezaba en la cama. Aún recordaba la manera tan cruda en que Eleanor Grant se había desahogado con él y a pesar de saber que ella tenía razón en sus palabras se sentía preso de su amor. Entró en la ducha rápidamente para tratar de limpiar las impurezas de su cuerpo, luego de concluir se miró en el espejo observando las grandes bolsas que colgaban de sus ojos. Se alistó lo más rápido que pudo mientras se dirigía a los viñedos.Patrick llegó a los viñedos y se encontró con Cassandra quien ya se encontraba trabajando junto a algunos trabajadores. Hablaba proactivamente sobre los diferentes tipos de uvas y la importancia del clima en el proceso de producción del vino.- Buenos días. - dijo Patrick saludando a todos.Cassandra notó el malhumor en el rostro de Patrick, y se acercó a él con una sonrisa amable.- Buenos días ¿Todo bien, Patrick? - preguntó el

Eleanor vuelve a la ciudad con una nueva sensación de renovación. Luego de largas horas en el aeropuerto está nuevamente en casa y cerca de todo lo que había dejado anteriormente. Al entrar por aquel camino pudo sentir como el olor de la Hacienda la envolvía. Después de unos minutos se dispuso a bajar las maletas observando el pórtico principal de la casa. Se había ido tan solo un fin de semana y parecía ser un año entero de ausencia. Entró con la seguridad que siempre la caracterizaba y no pudo evitar recordar la primera vez que había llegado de esa manera a Villa del Sol.Cerró la puerta a su espalda viendo como cada cosa se encontraba en su lugar, el silencio estaba impregnado en aquel salón vacío en que no había otra presencia que su persona. Pero aquel silencio fue irrumpido por una voz y una mirada desafiante de la mujer que había traído al mundo a los hermanos Miller.- Fuese sido increíble el hecho de que te quedaras en Ámsterdam y no volvieras en tu vida. - hace una pausa. -