Llego a casa, me ducho y me pongo algo más informal. Llevo una camisola negra, una camiseta sin mangas de NYC, pantalones de talle alto a rayas rosas y negras y un par de zapatos de tacón de charol. Pido un Uber para el restaurante en el que nos encontraremos.Llego y entro, ya sabiendo dónde estará sentada ya que este es su restaurante favorito.—Hola, mamá—digo sentándome.—Hola, niña, ¿cómo estuvo la entrevista de trabajo?—Fue bastante extraño, pero conseguí el trabajo.—Estoy feliz por ti, ¿y qué quieres decir con extraño?—Te explicaré después de comer, tengo bastante hambre.Aproximadamente a la mitad de la comida, le cuento cómo fue la entrevista.—Mamá, no vas a creer quién es mi jefe. No es otro que el mismísimo diablo poderoso, Lorenzo Costanzo.—¿Cuántas veces te he dicho que dejes de llamarlo así?—Pero eso es lo que es.—No, solo es un hombre confundido que no sabe cómo expresar sus sentimientos.—Estoy bastante segura de que los ha expresado bien al mostrar cuánto me od
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