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Todos los capítulos de Los secretos del CEO: Capítulo 121 - Capítulo 126
126 chapters
Capítulo 119: Notificación
Punto de vista de BlakeDespués de un par de días de sopesar opciones, aclarar puntos y relajarnos, era el momento de volver a la temible y dolorosa realidad.Para ser sincero, todavía tenía miedo, y quizás eso duraría por mucho tiempo más, pero debía ser fuerte y, por sobre todas las cosas… no estaba solo.Cerca de las diez de la mañana de ese lunes, aparqué mi camioneta en la cochera de mi casa y, sin más, entramos por la puerta lateral.Apenas poner un pie en la sala, no me sorprendió ver a Gilbert ahí; sin embargo, había alguien más a quien no esperaba, y mucho menos en las condiciones en las que se encontraba.Fruncí el cejo sin apenas dar saludo a nadie al verla levantarse, y espeté:—¿Qué te pasó en la cara, mamá?Di un par de largos pasos al frente, y Colin salió corriendo hacia ella.—¡Abelaaaa, holaaa!Mamá se levantó del sofá, y me di cuenta de que, a pesar de que alargó a abrazar y acurrucar a su nieto, parecía dolida, así como de que Gilbert, en un sillón al lado, se nota
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Capítulo 120: Dedos largos
Punto de vista de Gil¿Qué?¿Qué Blake qué?El frío se me metió en el cuerpo, pues este reaccionó antes de que mi cerebro pudiese procesar sus palabras, y me quedé boquiabierto sin poder evitarlo.¿Mi hermano renunciaba a ser el CEO de la empresa?¿En qué momento esto se convirtió en una opción?Y es que, tal cual yo, mamá, Killian, e incluso mi padre, estaban de piedra. Todos menos Ryan porque, como era evidente, él sí tenía conocimiento sobre esto.—¿Qué? ¿Cómo que renuncias a ser el CEO de esta empresa? ¿Te volviste loco? ¡Tienes que tomar las riendas y arreglar este desastre!Justo entonces, me di cuenta de que nos convertíamos en los espectadores de una especie de última batalla, y entendí que fuimos traídos aquí como un seguro, pero también como una certeza.Blake parecía un zorro viejo, a pesar de ser menor que yo.—Lo siento, señor Maier, pero, a partir de hoy renuncio a mi lugar en la empresa y a mis privilegios. Si me lo permite, recogeré mis cosas y me marcharé. Mi abogado
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Capítulo 121: Saldar cuentas
Punto de vista de BlakeMi terapeuta no dejaba de decir que necesitaba soltar los lastres de mi vida para poder seguir adelante, y tenía razón. Después de decirle todo eso a mi padre, mi interior se quedó más tranquilo, y ahora, como un hombre desempleado en casa, con mi hijo y mi pareja, me encontraba en un punto muerto.Esa noche, después de que Colin por fin se durmiese, y con mamá en su habitación y Gilbert por fuera, Ryan y yo nos sentamos en la sala de estar a ver la televisión, aunque para nada podía concentrarme en eso, porque sabía bien lo que acontecía.Cambié una y otra vez los canales en busca de los informativos, pero no pude detenerme en ninguno.—¿Estás nervioso, Blake? —preguntó el rubio a mi lado con calma.—¿Soy tan obvio? —murmuré por lo bajo.—Un poco, sí… aunque puedo entenderte.Seguí cambiando los canales y, de repente, leí el nombre de «Harrison» en uno de los cintillos y me detuve al instante.En el televisor, se veía la imagen de los policías bajando a alguie
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Capítulo 122: Debilucho
Punto de vista de Blake—¿Un favor? Claro, no te preocupes, pero… ¿ir hasta allá? —pregunté con ligera sorpresa.—¿No es demasiado pedir? He visto en las noticias que renunciaste a tu trabajo, así que… ¿tendrás tiempo?—Bueno, tengo cosas que hacer, pero, puedo acomodarlo todo. ¿Es tan importante?—Lo es, de otro modo no te pediría que vinieras, Blake.Al escuchar a la persona al otro lado hablar con tanta seriedad, suspiré ligero y asentí con la cabeza, aunque la verdad era que nadie más que mi hijo y mi pareja, que comían en la mesa, podían verme.—Está bien. Si lo dices así, siendo tú, lo tomaré en serio. Sin embargo, no podrá ser en lo que resta de enero; puedo acomodar todos mis pendientes para lo que queda de mes, e ir ahí la primera o segunda semana de febrero. Colin irá conmigo y… quizás alguien más.—¿Te refieres a Ryan?—El mismo.—Será bueno poder conocerlo al fin. Si él puede venir, tómenlo como unas pequeñas vacaciones. Pueden quedarse aquí, y designaré a alguien que los
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Capítulo 123: Sumido en la oscuridad
Punto de vista de BlakePero ese debilucho tenía un arma de fuego y, tras acercarme un par de pasos y ver su expresión, quizás otras cosas peligrosas encima, por lo que debía estar atento.—Me acusan por cargos muy fuertes… Los inútiles de mis abogados dicen que pasaré mucho tiempo en prisión si no consiguen algo para mí. ¿Puedes creer que es posible pasar más tiempo en la cárcel por fraude que por m.atar a alguien?Soltó una risa repentina y negó con la cabeza.—De seguro tú tienes que ver con esto… ¡Sí! ¡Tú y la maldita de Bett! ¡De seguro ustedes dos planearon todo esto para ponerme contra las cuerdas!La ira pintó su semblante, al tiempo que di otro paso con mucho cuidado de los alrededores, un poco hacia un lado.Fruncí el cejo con ligereza.—¿De qué hablas? —Decidí que tutearlo era lo mejor para conservar sus emociones a la baja—. No tengo nada que ver con lo que te está pasando… ¿No obtuviste lo que querías? Sacaste ese video a todas partes y, bueno, yo estaba obligado a pagart
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Epílogo: Como siempre quise
Punto de vista de RyanMi mundo se volvió nada en ese segundo, en esa noche. De repente, me encontraba en un limbo de silencio y soledad donde no sabía quién era, donde no sabía lo que me esperaba.¿Vivir sin Blake Maier? Nunca me planteé eso en serio, ni una sola vez en mi vida creí que llegaría el día en el que tenía que pensar con seriedad que él no estaría a mi lado, o al menos con vida. Claro que sabía que todos moriríamos, pero, incluso así, esperaba marcharme yo primero de este mundo, cual egoísta, para evitarme la terrible pena de verlo partir.Pero ahora… ¿Ahora qué?Ahora ya no podía ser el dicharachero Ryan Daft, el siempre optimista. No… mientras los paramédicos lo atendían en el suelo del salón, y yo abrazaba a un aterrado Colin, ¡necesitaba un abrazo! M*****a sea, quería mo.rir, quería gritar, quería llorar.¿Y si él se iba?El corazón se contrajo presionado en mi pecho mientras Colin se removía en mi abrazo, y vi a una policía venir a mí.—Señor, deme al ni.ño, por favor
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