Durante el desayuno, Ross estuvo pensativa. Los pequeños le hablaban, sin embargo, ella no escuchaba nada de lo que decían, lo único que tenía en mente era la actitud de Elon y las llegadas tarde.— Mamá, esta tarde hay una reunión en el colegio, los representantes deben asistir y llevar un refrigerio —dijo Robert mientras desayunaba.— Mami, me invitaron a la casa de una amiga, ¿puedo ir?, mamá, estás escuchando —expresa Andrea y la toca por el brazo para que le preste atención.— Sí, hija, repite lo que dijiste, que no te escuche, estoy pensando unas cosas —dijo Ross y le sonrió avergonzada con los niños, pues está completamente distraída.— ¿Me das permiso de ir a la casa de una amiga hoy en la tarde? —repite Andrea con el ceño fruncido.— Sí, hija,está bien, puedes ir, nada más llega antes de las cinco, después de esa hora es una grosería estar en las casas ajenas —expresa Ross abrazando a la pequeña.— Vas a ir a mi reunión.— Sí hijo, estaré allí, déjame la hora y todo anotado.
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