Layla no estaba para nada alegre al haber escuchado eso, sintió envidia e impotencia, ella era la que debía estar al lado de ella y no Samantha, además, tenía un acuerdo con Gerald que no se lo había comentado a nadie, por más que suponían que habían terminado su relación, ellos realmente no podían terminar, estaban bajo un contrato sexual, así que ella aun podía estar con Gerald. Su objetivo era casarse con él, pero Samantha la obstaculizaba. Tampoco se imaginó que Gerald estuviera allí en la playa, fue muy extraño verlo en otro sitio que no fuera su casa y su trabajo, esto era producto de la influencia de Samantha hacia él, lo estaba abarcando con su tiempo y esto hacia enojar a Layla.«Gerald nunca tuvo tiempo para mí, jamás fuimos de viaje y mucho menos vinimos a vacacionar a una playa, ahora llega esta y cambia de la noche a la mañana, es una manipuladora, de seguro lo está haciendo perder el tiempo con sus caprichos, no lo permitiré, el será mío nuevamente» Pensó Layla despiadad
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