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Todos los capítulos de Mi Hermanastro es mi Mate: Capítulo 131 - Capítulo 134
134 chapters
Capítulo extra VI.
Brianna.Este Damián no me parecía el “invencible” Beta del que todo el mundo hablaba en la manda de Luna hace años. Quizá ya esté envejeciendo o quizá nunca haya sido la gran cosa. Como sea, necesitaba encargarme de él como David ordenó para poder volver a mi habitación y consumar el dulce amor con Jacob.Puño arriba, esquivar, burlarme un poco de su habilidad… esto se estaba tardando porque el jodido era bastante escurridizo.Evacuación, ahora. Encuentren a la hembra.David parecía bastante molesto al mandar el mensaje a través del enlace de la manada. Suponía que las explosiones distantes tenían algo que ver. Bola de inútiles, solo tenían que someter a una sola loba. ¿Acaso todo lo tenía que hacer yo?Cuando me uní a David me pareció que estaba demente, pero no fue por eso que me uní a su movimiento, sino porque me prometió que una vez que le ayudara a conquistar el mundo, me daría a mi pareja deseada como premio, una manada y todo el dinero que yo quisiera.David y Tomás tenían el
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Capítulo 120. Decapitación, no hay otra forma.
Dalila.-Eso es tan triste, pequeña. – Dijo mi madre derramando una pequeña lágrima que rápidamente se limpió.Habían pasado seis días desde el incidente en África. Jacob insistió en que fuéramos con él a la manada Garras de Luna mientras decidíamos qué hacer. Ciertamente, mi grupo y yo no teníamos un hogar al cual volver y no teníamos un plan.Mi pequeño hermano Gabe había congeniado muy bien con los cachorros de Clara, así que ahora se encontraban jugando en casa de los padres de Evan y Clara. Ellos eran unos abuelos muy felices; al parecer lo que pasó hace cuatro años había sido olvidado y los abuelos fueron conquistados por los pequeños traviesos. También estaban felices al saber que Evan y Bella les darían aún más nietos; no estoy muy segura de por qué Clara aun no les había dicho que ella igual estaba esperando una nueva camada.Mamá G y Papisuegro habían tomado una postura similar con Amelia y Dylan: Los recibieron con los brazos abiertos y Mamá G ya había inscrito a Amelia en
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Capítulo 121. Plan número 48: Serenata.
Jacob.La maquinaria y los lobos necesarios para cavar tardaron un día en llegar. Mientras tanto, Dalila ya había curado a los lobos de nuestro equipo, Damián ya se había encargado de los cadáveres y los ex cachorros del consejo fueron a buscar comida para todos.Llevé a un lado a Charlie porque necesitaba hablar con él mientras todo el mundo tenía algo que hacer.-¿Qué pasa, chico amante? – Preguntó curioso.-Solo quería agradecerte una vez más por salvar a mi pareja. – Dije con tono solemne.- No es necesario. Es como mi hermana menor. – Dijo con un gesto despectivo de la mano. – Aunque si te haré cumplir tu promesa sobre el pequeño y su nombre.-Lo haré. – Dije con honestidad.No sabía cómo decir lo siguiente y puede que me tardara un poco porque Charlie estrechó sus ojos.-¿Necesitabas algo más?-Si. Escucha, tú y yo sabemos que llevo años cagándola con Dalila…-Hasta el fondo. Nunca he visto a nadie ser más imbécil que tú. – Dijo encogiéndose de hombros.Ni siquiera podía enojarm
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Epílogo.
Charlie Cassian, once años después. Últimamente, me había comenzado a sentir raro alrededor de Amelie. El tío Dylan y la Tía Amelia insistían en que después de clases, o después de que nos trajeran a rastras desde el bosque a todo nuestro alegre grupo, comiera en su casa; me parecía extraño porque además de comer, ambos trataban de que Amelie y yo pasáramos tiempo a solas. No ayudaba a contener mis extrañas emociones y no me gustaba para nada cómo me hacía sentir cada que nuestros ojos se encontraban cuando no había nadie más cerca. Un día fui con mi madre por consejo y ayuda ya que me daba un poco de vergüenza hablar de estas cosas con mi padre. -Madre, ¿Tienes un minuto?- Pregunté entrando a su despacho en la Wolf´school. -Lo tengo.- Dijo cerrando un libro que estaba leyendo y prestándome toda su atención.- ¿Qué sucede, pequeño? -Yo… me siento inquieto.- Dije quedamente sin saber cómo describirlo. Mi madre elevó sus cejas y me hizo un gesto para que tomara asiento delante de e
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