—Mi Agnes, mi bella niña —medio abrió los ojos, pero por lo que pude ver en ellos ya no había esperanza de que mi madre salga de este hospital con vida —. Ya me queda apoco tiempo. Solo espero que tu padre este esperándome en el cielo.—No digas eso mama, aun tienes muchas cosas por hacer.—No hija, ya no tengo ningún motivo para quedarme en esta tierra.—Estoy yo, Drako y el profesor Roberts, sino lo quieres hacer por ti hazlo por nosotros que aun te necesitamos. Tienes que luchar por tu vida.—Mis dos hijos han decidido su camino y ya entendí que por más que quiera verlos juntos eso no será posible. Es como tú lo dijiste, no están hechos el uno para el otro es mejor que deje ese tema por la paz —tosió con intensidad antes de continuar —. Roberts solo fue una distracción que utilice para no morir de dolor por la muerte de tu padre.—Pensé que lo amabas.—Lo quiero y con eso me conformo para decirte que es una buena persona, pero jamás se comparara con mi Francesco, el sí fue el amor
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