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Todos los capítulos de Me enamoré del hijo de mi enemigo : Capítulo 11 - Capítulo 20
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11. ¿Por qué no debería jugar contigo?(Pasado)
Por supuesto que Ethan corrió tras él, si el Ruso supiera que era a él a quien deseaba tener entre sus brazos y no al joven mozo, aunque claro, al joven mozo lo tomaría en algún momento solo para desahogarse y poder suplir el deseo que le provocaba el joven príncipe.— ¿Qué pasa si te atrapo?—Le grito corriendo solo a un par de metros tras él.Lo atraparía.Le haría verlo y responder sus preguntas, pero sobre todo lo alcanzaría para besarlo, Russell jamás había estado tan desesperado por besar a alguien como a ese chico que cabalgaba a la perfección frente a él, es más, odiaba besar, preferiría solo follarse a sus amantes sin besarlos, hacerlo era tener intimidad, cosa que él no tenía intención de compartir con nadie, pero no podía dejar de preguntarse a qué sabían los labios de él.Vladímir agitaba la fusta y golpeaba a su caballo varias veces para que esté corriera más, aún recordaba la primera vez que le habían dado una fusta y se había negado a utilizarla. Pero le dijeron que al c
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12. Te lo debo por lo que sucedió aquel verano(Presente)
— Lo haré, pero cuando realmente lo desees y no porque una droga te la haya puesto dura — el aliento del americano al hablar calentaba el cuello del ruso de un modo que lo ponía todavía más deseoso, haciéndose visible en su piel erizada — por ahora más te vale mantener en secreto de que te dejé marchar sin darte tu merecido, Vladímir — murmuró Russell frotándose una última vez entre sus nalgas antes de apartarse dejándole un suave beso en el hombro derecho.—Russell…—Vladímir casi quería suplicar, pedirle que lo hiciera, que no parara. Cuatro jodidos años intentando olvidar a un hombre que no merecía ser recordado y ahora estaba como una jodida perra en celo ansioso por sentirlo. — Te lo debo por lo que sucedió aquel verano, pero no habrá más consideraciones para ti, ya no eres ese crío — después simplemente lo nalgueó y se apartó de él dejándole una extraña sensación de vacío y necesidad — Es mejor que tus hombres crean que te obligué a que sepan que me rogaste por polla, así que me
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13. No podrás impedir que hablé con él.(Presente)
— Parece que no vendrá…— Dijo Bradley quién realmente tenía la esperanza de que así fuera, el recuerdo del pasado todavía lo tenía muy presente y no podía evitar el rencor y los celos que el joven ruso le provocaba.Ethan no respondió, pero eso no significaba que no estaba furioso, si ese chico no iba él mismo lo sacaría a rastras de su celda, pero no pensaba tolerar ni un solo desplante."¿Acaso ese mimado creía que podía hacerlo esperar?"Su pregunta fue contestada justo en el momento que todos callaron, o quizá un poco antes, porque Vladímir tenía algo que hacía a Russell consciente de su presencia instantes antes de que cualquiera fuera capaz de verlo, era inexplicable, simplemente sabía que estaba allí, lo sentía, lo notaba era una sensación inexplicable, pero real.No tuvo que hablar, solo movió la cabeza para que Bradley entendiera sus órdenes y dirigiera a sus hombres, la orden era clara, cualquiera que se atreviera a molestar o a darle asiento a Vladímir recibiría un buen cas
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14. Es para hoy, príncipe (Presente)
Russell era tan provocador como lo recordaba, el hijo de puta más sexy del mundo comiendo fresas, tanto que su pantalón empezó a apretar a causa de lo rápido que su sangre empezaba a acumularse entre sus piernas, como no iba a tener un problema dentro de sus pantalones, la visión que tenía enfrente era por demás tentadora y excitante. Demasiado para que alguien tan joven pudiera controlarse del todo. Vladímir dejó de ser consciente de que alrededor de ellos había personas que los estaban observando.Para él, casi todo había desaparecido en su totalidad. En ese momento solo se encontraban ellos dos. Hasta que el silencio a su alrededor lo hizo ser consciente del lugar en el que se encontraba, todos quedaron en silencio conteniendo el aliento al ver como el rey llevaba una de sus manos hasta el cabello platinado del príncipe, era una visión por demás erótica casi podría decirse que eran dos amantes a punto de besarse; sin embargo, el rey lo único que deseaba era acercar en ese momento
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15. Vamos a pelear. (presente)
Cuando llegaron a las calderas ya había varios de sus hombres y otros hombres de la cárcel formando un círculo, Vladímir simplemente se añadió a los demás esperando que el dichoso Rey apareciera y les explicara a qué venía tanto misterio.Ethan llegó y todos parecieron notar su presencia, es más, el silencio se hizo aún más fuerte, Russell se rio al ver cómo todos parecían estar como cuerdas de violín tensas a punto de romperse.— Pero qué les pasa, parece que los he convocado a su funeral — su risa se hizo fuerte, haciendo que los demás también lo siguieran riendo.Todos menos Vladímir quién lo observaba callado y con los brazos cruzados, Russell los hizo callar un minuto después al aplaudir.— Bien, estamos aquí porque llevaremos a cabo un negocio, vamos a pelear. Nosotros contra ustedes, todo enfrente de los guardias, ellos serán quienes se encargarán de poner el dinero.Mientras hablaba observaba a Vladímir, tanto sus hombres como los de él podrían aprovechar para limar asperezas
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16 Yo voy a apoyarte en lo que decidas.(pasado)
Hacía cinco días que aquel extranjero lo había besado después de montar a caballo, cinco malditos días en los que ni por un momento fue capaz de olvidar lo que sintió desde el instante en que sus labios se rozaron de la misma forma en que ahora se pasaba los dedos sobre ellos, como si fuera la boca de él.— Ethan… Ethan… Ethan… Que bien se sentía el aire que salía de su boca al pronunciarlo, que malditamente caliente al rozar con suavidad sus labios, como todo en ese hombre. Vladímir solo era capaz de pensar en una única cosa. En el deseo de volver a besarlo y volver a ser besado por él.Pero parecía imposible estar a solas de nuevo y él ni siquiera parecía percatarse de su presencia, como si no hubiera ocurrido nada entre ellos, el joven hasta se llegó a plantear la idea de que tal vez solo lo había imaginado, quizá solo era un agradable sueño que confundió con la realidad.Se levantó de la cama decidido y se vistió para bajar a desayunar, tal vez ese día si podría verlo, el tipo
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17. Ya me he desocupado (Pasado)
— ¿Qué te pasa? No has estado actuando como siempre.Russell no respondió, simplemente le dedicó una mirada fría y penetrante a Bradley, quien hasta ese entonces podría presumir ser la mano derecha de Russell. Con ese simple gesto le hizo callar y guardarse sus comentarios, su jefe no era alguien a quien le gustara dar explicaciones sobre sus acciones.Sin embargo, las cosas que estaba haciendo no eran propias de él. Era como si estuviera hipnotizado por el chico.Lo había visto observarlo, cuando estaba seguro de que él no se daba cuenta e intentar rehuir su compañía cuando estaba cerca, simplemente algo estaba mal y eso le preocupaba, Russell jamás había perdido la cabeza por nadie, ni siquiera por sus dos primeras esposas, por ninguna de ellas su jefe había actuado de manera tan imprudente. Siempre calculaba cada uno de sus pasos, pero desde que estaban en Rusia parecía que estaba perdiendo el control de sus actos.Bradley se aclaró la garganta antes de volver a hablar, su impruden
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18. Te protejo de mí…(pasado)
— Así que su pieza favorita es la parte donde sale el cisne negro del lago de los cisnes. —Preguntó Russell — Debo reconocer que jamás he ido a ver una puesta en escena del lago de los cisnes, pero sí que conozco la obra de Chaikovski y, pese a no saber nada de ballet, diré que si disfrutaría de ver el lago de los cisnes, sería solo si tú estás entre los bailarines.— En realidad esta es una pieza hecha para que la baile una mujer, pero es tan perfecta— aclaró Vladímir con una sonrisa de oreja a oreja por la forma en que Russell lo aplaudía e hizo una reverencia en su dirección para luego caminar hasta él y arrodillarse a sus pies.— Ahora debería regalarme unas flores, los bailarines siempre reciben flores de sus fans— aseguró haciendo un pequeño mohín, casi un leve puchero mientras lo observaba desde abajo, puso las manos sobre las rodillas de Russell y fijó su mirada en la de él.—¿Por qué me ha estado evitando?Russell de pronto pensó en la analogía del patito feo y no es que Vlad
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19. ¿Intentas seducirme, Ethan?(Presente)
Lo que el joven ruso vio cuando llegó a ese lugar más allá de las calderas lo maravilló, una sala de baile completamente equipada, con todas las paredes forradas de espejos, parquet pulido y brillante en el suelo, barras de madera en una de las paredes, era perfecta y lo suficientemente grande para bailar como quisiera. Tampoco le pasaron desapercibidos el piano y el violín y fue a sentarse en la banqueta del piano, levantando la tapa y acariciando las teclas con delicadeza, sin llegar a hacerlas sonar.— ¿Sabes tocarlo?—Preguntó levantando la vista para verlo desde allí, los mejores recuerdos que tenía de su antigua sala de baile eran de él bailando mientras su madre tocaba para él.— Si, por supuesto, que sé usarlo, tanto el piano como el violín, seré yo quien toque para ti mientras bailas.—No lo diría, pero desde que había descubierto que él bailaba, ansiaba tocar mientras el joven bailaba y observarlo moverse a través de la melodía que salía de sus dedos.— ¿Intentas seducirme, Eth
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20. Si estoy soñando, no me despiertes. (Presente)
El chico respiró profundo tres veces mientras se visualizaba fundiéndose con la música. Llenándose de diversos colores que parecían contaminarlo, creando en él un colorido mapa musical, y es que así es como Vladímir sentía la música como colores llenos de significado que lo empujaban a dejarse llevar, que inundaban su piel, atravesaban sus venas y se repartían por su sangre hasta cada una de sus células. Era muy complicado describirlo, porque era una sensación a la que no era fácil poner palabras.Y sin esfuerzo alguno fluyó, los colores imaginarios que únicamente él sentía y veía lo hicieron danzar delicadamente, en movimientos perfectos generados por aquella más perfecta electricidad de colores que lo atravesaba, con ejecuciones pulidas, exactas que llenaban su cuerpo de una extraña sensualidad llena de una belleza imposible de ignorar.Dejar de tocarlo había requerido de demasiado esfuerzo para el americano, un esfuerzo que le hizo usar todo su autocontrol y es que llevaba muchos
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