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Todos los capítulos de Secretos de la mafia: Capítulo 121 - Capítulo 130
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120. La derrota es de ambos
NickTermino la llamada y regreso con el abogado que se encuentra sentado frente a mí, Klaus tenía razón en una cosa, sigue siendo joven, pero no le confiaría este caso a cualquiera, el pobre ni siquiera se imagina que está tratando con un integrante de la MOH, muchos en su lugar me delatarían o preferirían dejar el caso, es por eso que prefiero guardarme ese tipo de información solo para mí.Por extraño que suene le confiaría mi vida a Javier Molina, no hay mejor abogado que él.—Lo siento, me perdí de un momento importante en mi empresa, ¿Dónde estábamos?El abogado pidió verme solo a mí lo que confundió un poco a Carol, pero ya ha dejado en claro que no descansará hasta que ambos salgamos de aquí, ella no tuvo más opción que permanecer lejos.—Hay varias opciones, Nick, pero por desgracia ninguna nos conviene, librarnos de esto será complicado.—¿En serio todas las opciones son afectan?—Sí, más de uno sale perjudicado si no eres tú entonces es Carol.—Javier, no le confiaría esto
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121. Mi principio y mi final
NickKlaus continúa diciendo lo que pasó ayer en la noche, lo que dijo Daniel y lo que dijo Gregor en agradecimiento a todas las personas que votaron por él, no puedo creer que un Cox haya estado en el evento, creí que no se involucraría tanto, conocía a Daniel desde hace tiempo, pero nunca imaginé que fuera un descendiente de la familia fundadora.No pude evitar sentirme orgulloso cuando Klaus nos contó que Daniel se decepcionó mucho al ver que el ganador no había sido yo, él en verdad confiaba en que un Lancaster podría dirigir la MOH de la manera correcta, le gustaba la visión que tenía para nosotros, los planes que había hablado con él, saber que un Cox había depositado su confianza en mí me bastaba para saber que estaba haciendo bien mi trabajo.—Después de todo ya tenías el voto de un Cox —menciona Klaus—. Eso prácticamente ya te daba el liderazgo de la MOH.—Debo ser bastante cruel para haberme ganado el voto de alguien perteneciente a la familia fundadora.—Espero que esto no
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122. El amor verdadero
CarolMientras estábamos en el jet todo lo que hicimos fue dormir, la cama de la celda no era del todo cómoda y al llegar empezamos a avanzar cuanto pudimos en la planificación de la boda.No puedo creer que me voy a casar.—Veo que ya no estás tan casa, preciosa —me lanza una mirada coqueta de reojo—. Igual la planificación podría esperar, lo sabes ¿no?—¡Este es un momento importante, Nick!—Bueno ya —levanta las manos en señal de rendición—. A concentrarnos en nuestra boda, señora Lancaster.—Futura señora, déjame disfrutar mi apellido de soltera otro poco.Lo último que veo es a Nick sonriendo de lado y negando como si no tuviera remedio.Claro que por la noche después de avanzar un poco más en las actividades, volvimos a casa, tomamos una ducha y nos fuimos a dormir, lo complicado llegó a la mañana siguiente, estuvimos trabajando por horas, haciendo cientos de llamadas, aclarando dudas y explicando qué había sido de Nick este tiempo que estuvo ausente.—Sí señor, le agradezco la
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123. Nadie nos conoce en realidad
CarolTrabajo y más trabajo, ¿quién diría que unas horas en la cárcel y esto se saldría de control?Me siento a un lado de Xime y ambas tenemos el portátil en las piernas, debemos seguir enviando mensajes y haciendo llamadas porque hay que arreglar todo lo que se salió de control en nuestra ausencia.—Es la última vez que vas a prisión, ¿me escuchaste? Este lugar se ha vuelto una locura y solo porque ustedes no están.—¿Ya te hartaste de poner a todos al tanto de lo que pasa?—¡Por supuesto, Carol! Por mucho que el resto de integrantes lo hubiera intentado, no sabían cómo llevar este club y nuestros acuerdos de manera correcta.Sí, me imagino que todos debieron volverse locos tratando de imitar a mi prometido, lo cierto es que no sé cómo es que él logra que todo parezca sencillo.—Creo que eso es algo que solo Nick podría hacer.—Y tú —agrega—. Dicen que detrás de un hombre poderoso hay una mujer letal.—Haré de cuenta que eso es un cumplido.Después de horas que se me han hecho más l
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124. En serio está pasando
CarolQuisiera quedarme así por siempre. Disfrutar la tranquilidad que solo estando a su lado puedo tener, me he llegado a preguntar qué hubiera pasado si el destino de Nick y el mío fuera diferente, si nunca hubiera sido parte de la mafia, si mis padres no hubieran muerto. ¿En algún momento nos habríamos encontrado?Muchas preguntas jamás tendrán respuesta y eso no es malo.¿Tú también estás sentimental?Un poco, debe ser por la boda.—Te noto tensa, no quisiste cenar y eso es raro.—Estoy ansiosa ¿Sabías que mañana nos casamos?—¿Qué? —finge sorpresa —¿La boda es mañana? Nadie me lo había dicho—Sorprendente ¿Verdad? Ni siquiera sé qué ponerme.Me rio un poco ante el comentario.—Sé que cualquier cosa que te pongas te quedará perfecta, podrías irte con la pijama que tienes justo ahora y seguiría pensando que quiero casarme contigo.—Me vería horrible.—Tu siempre te ves perfecta —aclara un poco su garganta.Nos sumergimos por breves instantes en un silencio que no resulta incómodo p
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125. Ya he esperado suficiente
CarolCreí que sería algo que nos tomaría un par de minutos, pero tardamos más de lo que esperaba, Margaret se está encargando de dejarme en perfecto estado antes de irme, no sé si solo sea yo, si engordé en cuestión de horas, si son los nervios o de pronto el vestido se ha hecho más chico.—Carol respira un poco y trata de relajarte —me mira divertida.—Hago un gran esfuerzo por mantener tranquila, pero es que no puedo.—Descuida que ya solo faltan unos detalles con el velo y estarás lista.Lista para casarme.Para unirme a la mafia.Para ser tan despiadada como ellos.Para mancharme las manos cada vez que sea necesario.—Carol —Margaret me sujeta de los hombros—. Todo va a estar bien, tranquila.Asiento aferrándome a esas palabras.—Yo me voy —habla mi amiga revisando su celular—. Diego llegó por mí, te veré en la iglesia, sé puntual.—Es mi boda ¿En serio crees que llegaría tarde?—La dejas en buenas manos, Ximena, no te preocupes.—Bien, me aseguraré de que todo esté bien para cua
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126. Siempre lo supe
NickHoras antes. Siento que incluso me están sudando las manos no puedo creer que me casaré, nunca nada me había emocionado y aterrado tanto al mismo tiempo.La mejor parte es que la persona que caminará hacia mí en el altar es Carol ¿Qué podría ser mejor que eso? Sin embargo, aunque debería estar con Margaret probándome un traje increíble y elegante, estoy aquí en el edificio de la MOH revisando el desastre que ha dejado Gregor.—No soy un hombre muy sentimental —confiesa—, pero ¿no crees que deberías preocuparte por esto otro día, Nick?—El idiota de Gregor se encargó de arruinar todo el orden que teníamos, mi trabajo es arreglar eso, ahora dime si tengo que hacer algo más, te recuerdo que me caso en unas horas.—No te va a gustar, desde ya te lo digo.Diego se encargó de ponerme al tanto, y es un milagro que aún no me haya encontrado a Gregor, seguro está aquí, pero mientras menos lo vea mucho mejor para mí.Tal parece que lo peor ya ha pasado, he restaurado el orden, para variar
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127. Debí imaginarlo
NickMe queda poco tiempo, así que me levanto y me pongo el traje que me han traído esta mañana, regalo de Margaret, la verdad es que es un buen modelo y claro, de los más costosos, me quedo frente al espejo acomodando la corbata.—Estás listo —me digo a mi mismo mientras veo mi reflejo—. Lo harás bien, no tienes que repetir los mismos patrones de tu padre. Tú harás las cosas mejor —intento convencerme de eso—. Tu matrimonio funcionará.Si empezaré una vida con Carol será mejor aclarar muchas cosas cuando tengamos un tiempo a solas, hay cosas que confesar, verdades que he tratado de ocultar para protegerla, sé la clase de hombre que soy, sé que hay cosas que hago que no están bien y el noventa por ciento de mis decisiones son moralmente cuestionables, no soy un santo siempre lo he dejado en claro, pero al menos sé actuar como uno.No importa todo lo malo que haya hecho antes o incluso lo que haré después, todo lo que siempre he querido ha sido proteger a Carol, me he encargado hasta e
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128. Despejar la mente
NickCuando vuelvo a abrir los ojos me encuentro en un lugar que no conozco, hace demasiado frío y me siento mareado. Intento moverme, pero algo me detiene, estoy atado a una especie de poste y para mejorar las cosas, dentro de una caja de cristal o algún otro tipo de material.—Buenos días, bello durmiente —habla Gregor sin mucho ánimo y me giro a verlo—. Tardaste un poco en despertar.Está en las mismas condiciones que yo, en otra caja a un lado de mí, frente a nosotros hay un panel, alguien debe controlar lo que pase dentro de este lugar, a nuestro alrededor todo parece vacío.Que detalle, Maximiliano tuvo la delicadeza de darnos un lugar solo a nosotros.—¿Acogedor verdad?Todavía me cuesta un poco acoplarme a la luz, sigo sintiéndome mareado y miro a la ventana amplía frente a nosotros, está nevando… Un segundo, en Steelney no cae nieve.—Ya lo notaste.No puedo creer que en serio estoy aquí.—No estamos en Steelney —miro a mi alrededor, la clase de ropa que está sobre las sillas
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129. Solo resiste, por favor
NickEs justo lo que está haciendo ahora, quiere que me centre en Carol, en lo que pasamos juntos, así olvidaré un momento que estoy aquí metido por culpa de él y de Maximiliano.Por patético que parezca, puedo ver la esperanza en el rostro de Gregor, como si hubiéramos regresado en el tiempo y somos esos mismos chicos que jugaban y platicaban juntos, esos amigos que se apoyaban sin importar las circunstancias. No me afecta contarle esta anécdota, y como Gregor dijo, tampoco tiene algo que perder, aunque si este es un intento de redención, no le funcionará.—A Sharon le cae mal Carol desde que la conoció, en aquel entonces mi novia todavía no era tan conocida —sonrío de solo recordarlo—. No imaginas lo que hizo para asustar a Sharon.Se voltea a verme como si no se creyera que en verdad esté hablando con él, por un instante se queda sorprendido, pero cambia el semblante de inmediato y sigue con la conversación ayudándome a no pensar tanto en lo que pasa.—Por favor dime que la avergo
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