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Todos los capítulos de Secretos de la mafia: Capítulo 101 - Capítulo 110
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100. El reencuentro
Ximena—Hoy viene un hombre a hablar con nosotros, Nick llegará tarde porque se le atravesó algo y yo tengo que volver por la carpeta, me dijo que iría directo al casino a beber o qué se yo ¿Puedes ir con él? Se lo pediría a Klaus, pero está ocupado con otras cosas y no hay muchas personas en las que confié para recibir a alguien como él.—Claro ¿De quién se trata? ¿Un mafioso?—Es el hombre que recibió a nuestro equipo en Virginia.—El hombre con el que te viste cuando saliste de prisión.—Sí.—Y el mismo con el que Nick te atrapó en la movida.—Exacto —guarda a toda velocidad las cosas en su bolsa —se quedará cerca un tiempo, no quiere que la ley se entere que está aquí y me gustaría que lo atendieras mientras voy por unas cosas, te prometo no tardar demasiado.Aquello me confundió un poco, ella parecía muy tranquila con el hecho de tener a un prófugo de la ley con nosotros, no debería sorprenderme considerando la clase de hombre con la que está saliendo: el siguiente líder de la ma
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101. Será a mi manera
XimenaSe pierden entre el pasillo fuera del casino y al mirar a Klaus de nuevo me topo con una expresión que no logro descifrar. ¿Es miedo? ¿Confusión? ¿Decepción?—Lamento no haber estado para ti.Lo último que quería es que se culpara por esto, no tiene que ver con él.—Descuida, no sabías que se trataba de ese Tristán.—Te prometo que las cosas no se quedarán así, pagará y te aseguro que lamentará haberte puesto una mano encima, suplicará que lo mate.Su enojo comenzaba a incrementar, lo podía ver en la forma en que miraba a la nada o tal vez solo se estaba imaginando teniéndolo enfrente y golpeándolo hasta matarlo, notaba su enojo también por la manera en que sus músculos se tensaron, pero pareció relajarse cuando sostuve su rostro entre mis manos obligándolo a mirarme.—Ya estás aquí, es todo lo que me importa.—Pero no estuve cuando me necesitaste ¿Entiendes por qué quiero irme de aquí? No puedo protegerte todo el tiempo soy muy consciente de eso y es lo que me da miedo, Ximena
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102. Las cosas no funcionan así
CarolTraté de mantener mi atención en lo importante, pero parecía imposible. Me encontraba en la oficina, rodeada de papeles y carpetas y más hologramas, revisaba cada detalle de la campaña de Nick. A pesar de que quería apoyarlo en todo momento, sentí que había algo que no estaba bien, me hacía sentir incomoda, inquieta.La puerta de la oficina se abrió y Nick entró, también lucía cansado.—¿Qué sucede, Carol? —podía percibir la tensión en el ambiente.—No sé de qué me hablas.—Tienes esa expresión como que has hecho un gran descubrimiento.—Siento que algo anda mal, es todo. No estoy segura de qué más hacer con la campaña.Ya ni siquiera sé si esto es lo correcto.Por supuesto que lo es.Ah, ¿ahora defiendes a Nick?Defiendo el hecho de que conseguirás respuestas. —¿De qué hablas? Estás haciendo un muy buen trabajo.—La campaña, todo sigue siendo confuso, sabes cuáles eran mis intenciones desde un principio, necesito respuestas y jugando a la secretaria no las conseguiré.—¿Y está
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103. Ojo por ojo
XimenaComo solíamos hacer, Klaus y yo nos encontrábamos en el bar charlando, creo que era el momento de paz y tranquilidad que necesitábamos, en ocasiones también es bueno no solo vivir para el trabajo y tratándose de la mafia, las cosas aquí suelen volverse más difíciles.Estaba sentada frente a la barra mientras él terminaba de preparar unas bebidas, yo estaba concentrada en lo mío, buscaba en internet alternativas para curarme, nuevas terapias, remedios de cualquier tipo, lo que sea con tal de vencer esta horrible enfermedad, pero no había nada nuevo, era lo mismo de siempre, supongo que al final tendremos que aceptarlo: la cura con Yex es la única solución que tendré.—¿Qué tanto revisas que te tiene tan tensa? —inquiere con tranquilidad.—Tenemos que hablar —guardo el teléfono y lo miro.—Claro, ¿de qué quieres hablar?—Nuestro futuro.Esbozó media sonrisa, me conocía tan bien que ya sabía qué rumbo tomaría esta conversación.—Nuestro futuro, pensé que eso ya había quedado claro
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104. La respuesta era clara
XimenaMe tensé por completo, había estado esforzándome mucho por sacar su horrible voz de mi cabeza desde lo que pasó como para ahora tenerla tan cerca de mí, y esta vez tiene más ventaja, un movimiento en falso y aquí quedé. Una vez más soy esa Ximena en defensa que tiene que hacer lo que otros le dicen solo para sobrevivir.Sigue tapando mi boca con su mano y de pronto se siente como si todo a mi alrededor se estuviera encogiendo.—Me debes una pistola —susurra —¿Creíste que te dejaría ir así tan fácil? No tienes ni idea de cuánto he cambiado, así que saldremos y tendremos una conversación, una muy seria porque hay muchas cosas que tienes que explicar, preciosa —intento decir algo, pero solo consigo que ejerza más presión—. Para empezar, tendremos un encuentro apasionado en mi cama, seguro que te gustara.Niego con la cabeza, pero ejerce más presión con el cuchillo.—¡Ximena! —grita mi novio desde arriba —¿Va todo bien?—Tienes que hacer que no baje, si gritas morirás y no solo eso
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105. Su vida está en tus manos
XimenaEl problema que tenemos ahora es Tristán y quitarlo por siempre de nuestras vidas es la única manera en que Santiago podrá estar a salvo, no hay más opciones.—Por supuesto.—No nos dejará en paz, mucho menos a ti, hará lo posible por encontrar a Santi y con tal de cumplir con una estúpida venganza injustificada, lo lastimará.Sé por dónde iba encaminado el comentario de mi novio y, aunque estaba lista para hacer cualquier cosa con tal de verlo sufrir y hacer que pagara por lo que le hizo a mi familia y a mí, algo dentro de mí me decía que esta no era la forma de solucionar las cosas. Nunca lo había hecho.—¿Qué propones?—La única manera de asegurarnos que no volverá a acercarse a ustedes y que dejará de ser un estorbo es matándolo.Es lo que imaginé.—Lo dices como si no estuvieras acostumbrado a hacer este tipo de cosas.—Yo estoy acostumbrado, tú no —tragué grueso —y si quieres hacerlo pagar, entonces debes ser tú la que debe disparar.—¿Pero?—Ya viste cómo reaccionó Carol
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106. Dispara y acaba con esto
XimenaLlegamos hasta el auto de Nick y en la cajuela hay varios tipos de armas, Klaus toma unas cuantas, y me entrega una pistola, subimos de vuelta al auto y detrás de nosotros van dos camionetas, asumo que son los hombres que mencionó Carol.Le voy indicando a Klaus donde queda la casa de Tristán y a medida en qué avanzamos siento algo extraño instalándose en mi pecho, en el fondo algo me dice que no es lo correcto, pero no deseo nada más que verlo pagar por todo el daño que causó en mi vida.—Asumo que Carol te contó un poco de sus entrenamientos con Mark para aprender a usar el arma —menciona para aligerar el ambiente.—Un poco.—Y no es lo mismo escucharlo a practicarlo, pero estará atado, no se moverá lo que facilitará que dispares.—De acuerdo.Esta vez nos sumergimos en un silencio incómodo que no es capaz de prolongar por más tiempo.—Tengo que cerciorarme ¿Estás segura de querer hacer esto?—Más que nunca, quiero que pague.—De acuerdo. Estaré contigo —me mira de reojo mien
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107. Él está en todas partes
Carol Otro día en donde me despierto temprano, donde me siento como una usurpadora, tomando un lugar que no me corresponde, me prometí encontrar respuestas, se lo prometí a Tamara y es lo último que he hecho, buscar al responsable de todo este caos, ¿en qué clase de persona me convierte eso? En una muy mala, sin duda. Oh, cállate. Encontraré respuestas, con Nick centrado en la campaña será más fácil. ¿Segura? Me gusta mantenerme positiva. Después de arreglarme voy al Golden donde de nuevo Nick no se encuentra en la oficina, seguro que estará ocupado con la campaña. —Hola, Carol. —Klaus, pensé que estarías con Nick. —Cuando se trata de ser el centro de atención prefiere ir solo, seguro ya no tarda en llegar, ¿estás bien? —Sí, por supuesto, ¿por qué no habría de estarlo? —Por nada, descuida, te veré después. Comienza a alejarse y eso me deja un poco confundida, aprovecho esta oportunidad en donde estoy sola y busco en todos los estantes, carpetas y archivos digitales que tie
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108. No es seguro
CarolCuando regreso a la oficina un poco más calmada y decidida a obtener lo que quiero me encuentro con la intimidante figura de Nick, recargado en el escritorio, mantenía la vista en la puerta, como si me estuviera esperando.—Hola.—Hola.—¿Te interrumpo? —niega—. ¿Tienes tiempo?—Carol, para ti siempre tengo tiempo.Me siento como en un campo de minas temiendo que cada paso que doy hacia él sea el que provoque que todo esto exploté. No sé muy bien cómo formular las preguntas a partir de ahora, ni cómo decirle que estuve buscando respuestas que me dejó en claro que no buscara, ah, y que todo lo hice con su portátil.Había cumplido con mi parte, estuve investigando y mientras más me acerco a la verdad más temo perder todo lo que he logrado hasta ahora.—¿Dirás o te quedarás ahí mirándome?—Me gustaría escoger la segunda opción —sonríe de lado—. Vengo a decirte algo, más bien.—Te escucho.—Estuve investigando sobre la muerte de mis padres y —frunce el ceño—. Ya sé que me pediste qu
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109. Decisiones impulsivas
NickValió la pena, habrá sido una discusión, pero siempre las tendremos, es necia y se aferra a que las cosas se hagan como ella quiere, sin mencionar que no le importan las consecuencias de sus actos, tal vez por eso estamos hecho el uno para el otro.—¿Problemas en el paraíso, Nick?—No, bueno lo normal.—Si dejarás de ser un poco idiota seguro que Carol seguiría a tus pies.—Gracias por el apoyo, Key.Estábamos en una oficina esperando a alguien importante, teníamos que cerrar un trato en la zona sur de la ciudad.—Caballeros —entra un hombre arreglando su traje—. Lamento haberlos hecho esperar de más, tenía otro asunto que tratar y requería mi presencia.—No hay problema —dice Key.—La próxima vez sería mejor que midieras tus tiempos —le digo—. De esa forma evitarás perder clientes.—Lo tendré muy en cuenta, Nick gracias. Y bien ¿dónde está el dinero?Key deja un maletín sobre el escritorio lleno de dinero, el hombre asiente satisfecho ante lo que ve.—Ahora me gustaría que nos m
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