Me giro y entro a la ducha, abro el grifo y dejo que el agua fría me empape, mi piel se eriza y pronto estoy temblando de frio, pero permanezco debajo del agua, buscando la manera más ilógica de hacerme olvidar. Después de algunos minutos no resisto más y abro el grifo del agua caliente, pronto la temperatura del agua se regula y sale tibia.Recupero el calor en mi cuerpo y cierro los ojos, recordando la última vez que nos duchamos juntos, me recuesto de la pared y me pierdo en el recuerdo, de sus manos sobre mi pecho, de sus labios sobre los míos, de sus jadeos y de lo maravilloso y perfecto que se sentía estar cerca de ella. ¿Cómo es que con Brooklyn nunca me preocupe en cuidarme? Nunca me molesto follar con ella y antes de hacerlo ponerme un preservativo.Estaba demasiado ocupado ensimismado en la cantidad de sensaciones que sentía estando con ella, que me olvide de lo más básico para mí. Me engañe tantas veces diciéndome que solo era sexo, como si en el instante en que la bese po
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