Salió en completo silencio y se dirigió a desayunar, quería hacerlo en calma antes de que los demás se levantarán, le dolía terriblemente la cabeza, cuál fue su sorpresa al ver que Aldo ya estaba desayunando, al igual que él, pensó que no encontraría a nadie a esa hora, se sirvió su desayuno, un poco de recalentado de la cena, se sentó frente al chico, Aldo clavó la mirada sobre su comida, desayunaron en total silencio.Poco a poco fueron llegando las demás personas, Aldo se levantó, después de dejar su plato sobre el lavaplatos, fue a ver si los niños ya se habían despertado, no los encontró en la habitación, salió a buscarlos, casi choca con ellos en el pasillo.—Peques es hora de que desayunen.Poco después se escuchaban los gritos de una mujer, Antón reconoció la voz de Eva, se levantó rápidamente para ver qué ocurría, los gemelos empezaron a reír enseguida.—El truco del tinte en el champú no falla, ja, ja, ja.Aldo no se quería ni imaginar a cuantas mujeres se lo habían hecho, p
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