Zara:—¿Qué carajos fue eso? —indago, mi hermano gemelo se levanta de donde está a duras penas, tambaleándose para buscar una escoba y quitar el sucio que había señalado antes. —¡No me ignores Zeth! Mira que yo sé cosas que si se las cuento a Ada tú... —Se gira y con el dedo frente a sus labios pide que haga silencio.—Entiende esto, —dice casi sin aliento, espera unos minutos a calmarse y volver a hablar. —Ada está encerrada con su jefe, por lo visto lo tolera mucho más que antes ¿Cierto? —asiento y Zeth medio sonríe. —¿Qué piensas acerca de él? ¿Es un mal partido? —Me encojo de hombros, restándole importancia a lo que dice porque la verdad que nunca me he detenido a pensarlo. —Yo no lo veo de esa forma, sabes... —No sé de qué forma habla pero ajá, lo dejo expresarse por que es libre de decir lo que él desee. —Tiene dinero, casa, carro y ropa de marca. —Hace un puchero y se tira sobre la cama. —Debe ser genial tenerlo todo tal cual él lo tiene. Porque, hasta el cuerpo y el rostro son
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