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Todos los capítulos de ¿Cómo conocí a mi sugar Daddy?: Capítulo 121 - Capítulo 130
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121. No pienso parar hasta obtener lo que quiero.
Marius lamia de forma más intensa cada vez ese botón, notando como se hinchaba poco a poco a mediada que ella se movía en busca de más placer, no era capaz de dejar de observarla y cada vez que la veía solo podía desear más, alternar las lamidas y succiones a medida que él se sentía más duro y necesitado de enterrarse en ella.—Si sigues así…— no pudo evitar terminar la frase al soltar un grito de placer que la llevó a soltar con una de sus manos sus pezones, para cubrir su boca, se encontraba mucho más sensible que otras veces y temía que con el pasar de los meses se volviera aún peor.— No pienso parar hasta obtener lo que quiero, el sabor de tu placer en mi boca — se apartó solo un instante del sexo de su novia para hablar, pero no dejó de estimularla con los dedos ni un solo instante, con dos la penetraba y con el pulgar de la otra mano seguía acariciando esa zona cada vez más hinchada y rosada.Noelia no pudo aguantar más y sucumbió ante el intenso orgasmo que en ese momento esta
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122. Nada podrá separarme de ti.
— Te amo… te amo…— repetía sin parar buscando su boca de nuevo mientras sus caderas se movían instintivamente, cada vez más rápido, más duro como si buscaran adentrarse más en ella.Una de sus manos se aferró en la cadera de la chica sosteniéndola mientras la otra se colaba entre sus cuerpos para buscar entre los pliegues de su feminidad y así acariciar y estimular su clítoris, sintiendo como cada vez se precipitaba más a un orgasmo que parecía insostenible, imposible de parar.— Córrete, córrete para mí — Exigió él sabiendo que ya no aguantaría mucho más demasiado tiempo, había pasado sin sentirla, así como para ser capaz de contenerse.Noelia no tardó en sucumbir a sus propios deseos y la petición de su amado Marius, dejándole llevar. Rompiéndose en miles de pedazos que serían reconstruidos a través de los besos, caricias y palabras llenas de amor con la que su amado le diría.Marius se empujó un par de veces más en el interior de ella, de su chica, de su futura prometida y esposa,
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123.¿Aceptarías hacerme el hombre más feliz del mundo ?
Noelia no dijo nada; sin embargo, la actitud de su amiga le molestó. No era su culpa que se hubiera obsesionado con su padre.No es que ella no se lo hubiera advertido, en varias ocasiones le dijo que su padre no podría amarla del modo que ella se merecía, pero Eloise parecía molestarse siempre que se lo insinuaba, es más, ahora se portaba hostil con ella. Pareciera que más que su amiga era su enemiga.—Eloise, no tengo la culpa de que estés de mal humor, además me estás haciendo daño, al tirar de mi brazo de esta manera — se libró del agarre de su amiga.Eloise estaba a punto de decirle algo a su amiga, cuando la voz del patriarca de los Lorraine se dejó escuchar por toda la habitación llamando a Noelia.Nuevamente, Noelia estaba siendo el centro de atención.La más joven y nueva integrante de los Lorraine no pudo evitar caminar hasta el centro donde se encontraba el padre de Marius y su tío abuelo.En cuanta Noelia subió a la plataforma, no tardó en buscar la mirada de Marius, pregu
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124. No tardaré.
Marius se negaba a dejar marchar a su prometida. Quería bailar con ella toda la noche y luego volver a tomarla con mucha más calma disfrutándola hasta terminar agotados y dormidos juntos, porque añoraba mucho dormir a su lado.El noble sonrió ante ese pensamiento, nadie habría dicho que Marius Lorraine ansiara dormir con una mujer varios meses atrás, pero en ese instante todos sabían lo enamorado que estaba de su prometida.Dejó un beso en los labios de su novia y otro en su frente antes de soltarla.— Ve a hablar con tu amigo y hacer lo que tengas que hacer, yo te esperaré aquí.—No tardaré— le respondió Noelia a Marius, parándose de puntillas y dejando un suave beso en sus labios. La joven soltó un suspiro tras ese corto beso y llevó su mano de manera inconsciente sobre su vientre, feliz de, por fin, hacer que todo marchara tal y como debería de ser.Armand no estaba muy lejos de ellos, se sentía algo nervioso por si los planes salían mal, pero debía hacer lo que debía hacer.Camin
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125. Marius cálmate, Noelia no está aquí.
Noelia podía sentir cómo era llevada a otro lugar, entre brumas escuchaba a la lejos una que otra maldición de una de las personas que la estaba llevando, la otra le decía que se callara, que dejara de quejarse y que no debía de haber inyectado esa sustancia en ella.El tono de esa segunda voz era cálido y con un ligero toque de preocupación, lo que hacía que Noelia se preguntara El porqué y tratara de despertarse sin conseguirlo, cada vez que sentía que lo iba a lograr, la oscuridad nuevamente parecía volver a reclamarle sin que ella pudiera hacer algo al respecto.Para cuando volvió a despertar se encontraba ya en un vehículo, lo supo por el suave movimiento que percibió y el sonido de un motor al andar.El pánico por fin se apoderó por fin al completo de ella, la droga por fin parecía estar dejando de tener efecto, lo que hizo que por fin fuera consciente de lo que estaba ocurriendo.«Estás siendo secuestrada» Le gritó su voz interna tratando de ponerla en guardia, más no podía, n
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126. No creí que fueras capaz.
— Cuando supe que Armand era mi hijo no tardé nada en hacerle las pruebas de paternidad a sus espaldas— explicó Mathew, visiblemente incómodo — me costó mucho que escuchara mi versión, pero tras convencerlo, esta fue la única manera que encontramos de hacer pagar a ese delincuente por sus crímenes.Marius, que conducía a toda velocidad siguiendo al coche de policía, parecía curioso pero molesto por lo sucedido. — Lo que no me explico es cómo averiguaste que él era tu hijo con aquella foto de dos bebés recién nacidos — comentó sin apartar la mirada de la carrera mientras apretaba el volante con las manos para controlar un poco su molestia.Mathew se removió en el asiento del copiloto, con el ceño fruncido tomándose unos segundos para encontrar las mejores palabras para expresarse.— Escondí algunas fotos para que no pudieras verlas — confesó con pesar — debía comprobarlo antes y sabía que, con el estado en el que te encontrabas, podías actuar impulsivamente.— No creí que fueras cap
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127. Deja que se encarguen los agentes.
El sonido de la lluvia y los gritos de dolor de Eloise eran los únicos ruidos que se escuchaban en la calle, mientras Noelia, con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho, trataba de llegar hasta donde se encontraba Armand, luchando contra la lluvia y el viento que le hacían difícil avanzar.El cielo oscuro y nublado pareció romperse en un estruendoso trueno, retumbando en todo el lugar como si fuera a presagiar las peores desgracias. En ese instante, las primeras gotas gordas de lluvia comenzaron a caer sobre ellos. El sonido de la lluvia era ensordecedor, cubriendo todo lo demás con su ruido constante. Armand intentaba levantarse, pero no podía. Su abdomen ardía por la herida de bala, y podía sentir la sangre manchando sus manos mientras su vista se volvía borrosa. La lluvia seguía cayendo implacable, mezclándose con la sangre que fluía de su herida. El chico se esforzó por mantenerse consciente, sabiendo que no podía dejarse vencer por el dolor ni esa sensación de sueño.Miró
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128. Estos policías son unos inútiles.
La impotencia y la frustración abrumaban a Mathew, pesando sobre sus hombros como una losa. Observaba la escena con desesperanza, sin saber cómo actuar o qué sentir, mientras la policía parecía indiferente a la situación. Él no podía quedarse de brazos cruzados, deseaba desesperadamente correr hacia allí y rescatar a sus seres queridos, pero el miedo lo paralizaba. Cada latido de su corazón aumentaba su ansiedad, mientras pensaba en su hija, la niña que había descubierto que era suya hace apenas unos meses. Noelia, su propia sangre, estaba en peligro y Armand el hijo que apenas empezaba a conocer. Mathew se sentía impotente ante la situación.Y no era para menos, la situación era diferente a la que había vivido meses atrás. En aquel entonces, no sabía que Noelia era su hija, solo la novia de su mejor amigo, pero ahora la situación era completamente distinta. No solo era la prometida de Marius, sino su propia hija, su propia sangre la que estaba en peligro.La angustia se multiplicab
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129. ¡Papá, no te atrevas a morirte!
Con la vista borrosa, Armand pudo ver a Noelia arrodillarse junto a Mathew, mirando ansiosamente su rostro en busca de señales de vida. El sonido de su propia respiración era lo único que llenaba sus oídos, y se preguntaba si alguna vez volvería a oír algo más allá de ese ruido.Intentó moverse de nuevo, pero las fuerzas lo abandonaron, dejándolo desfallecido en el suelo, mientras su mente luchaba por mantenerse despierta y no caer en la oscuridad.El chico cayó de rodillas mientras los agentes se llevaban a Eloise y James a los coches patrulla, aún así, Dubois tenía una enorme sonrisa dibujada en el rostro..Los agentes se movían rápidamente para llevarse a los detenidos. A pesar de todo, Dubois seguía sonriendo con satisfacción, finalmente había logrado su venganza contra su enemigo, el hombre que le había arrebatado a Violet. Armand intentó levantarse, pero sus fuerzas se agotaron y cayó de nuevo, sintiendo la humedad del suelo calando en su ropa. Miró en dirección a Mathew, quien
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130. Estamos aquí reunidos para…
El sonido de las campanas empezó a escucharse en la lejanía, indicando que el carruaje de la novia estaba cerca. Las flores del jardín ondeaban con la brisa suave, creando una atmósfera de ensueño.El camino estaba bordeado por árboles majestuosos y exuberantes, cuyas hojas creaban sombras danzantes sobre el suelo. Las flores, en un arcoíris de colores, iluminaban el paisaje con su belleza. Todo estaba preparado ya para recibir a la novia, desde el arco decorado con flores hasta las sillas dispuestas en perfectas filas para los invitados.El jardín central de la mansión estaba perfectamente arreglado para la ocasión, con una alfombra blanca extendida desde la entrada del carruaje hasta el altar. Las mesas estaban decoradas con elegantes centros de mesa de cristal y flores frescas, que desprendían una fragancia delicada y suave en el aire. La luz del sol se filtraba a través de los árboles y creaba un juego de sombras y luces que daba un toque mágico y romántico al ambiente. Cuando
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