La luz que se cuela por la ventana le daña los ojos, no recuerda que su cuarto se viera así de iluminado. Abre poco a poco los párpados que le pesan, por el sueño y el dolor de cabeza tan horrible que tiene, pero la sequedad que siente en la boca la obliga a hacerlo.Cuando al fin enfoca, se da cuenta que no está en su cama, se sienta con brusquedad y se arrepiente enseguida, siente que todo le da vueltas, corre al baño y allí expulsa solo aire, porque ya no le queda nada.Busca su cepillo de dientes, pero no lo encuentra, así que toma el de Ilhan, espurrea la espuma, se lava el rostro con agua fría y siente una sensación de frescura que la hace sonreír un poco. Sale de allí, está sola, confundida y con resaca… la peor de las combinaciones.Sale de allí con dirección a su cuarto, pero se detiene cuando se cruza con Ilhan saliendo del cuarto de lavado.—Buenos días —la saluda él con una sonrisa—¿Cómo te sientes?—Fatal… me iré a mi cuarto, no quiero molestarte.—Me temo que tu cuarto n
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