Victoria.Volverme fría como el hielo, levantar un muro entre mis emociones y yo misma no me costó mucho. Quizás sólo me engañaba a mí misma, fingía todo el tiempo que Chuck no murió delante de mí, que no fue su sangre lo que me salpicó y que no toqué ese gran charco que se formó en el suelo y que aún estaba caliente. Que Toro no me abandonó, una parte de mí quería creer que fui yo la que puso distancia entre ambos. Y, sobre todo, que mi carcelero no era mi padre biológico.Ese idiota que fingía protegerme solo porque así se lo habían ordenado no significaba nada para mí, me mostró hacía y
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