Jasper Toro.Entré en la habitación de aquel hotel en Lisboa y miré a los ojos de mi preciosa esposa, calmándome en cuanto nuestras miradas se cruzaron. Sólo por eso todo había valido la pena. Pero había algo que enturbiaba su felicidad. No iba a darle mucha importancia, porque seguramente sólo estaba preocupada por mi tardanza.A medida que avanzaba hacia ella veía sus lágrimas salir, preocupándome en exceso. Entonces algo ocurrió y todas mis alarmas se encendieron.El FBI estaba en la habitación, apuntándome en la cabeza.
Leer más