Capítulo 59. Comercio de besos
John fue a su habitación muy furioso y se acostó en su lado de la cama, en una cama que era solo de él y no tenía lado y que ahora tiene que compartir. —No debí traerla aquí, “lo que me sobra”, esa mujer no entiende a todo lo que renuncio por arrastrarme ante ella —se arropó la cabeza y se quedó dormido. Anabella casi no estudió, como tonta se quedó pendiente a la puerta, esperando el momento en que John regresaría a pedirle perdón, ella se moría por perdonarlo, arriesgarse de nuevo, pero el miedo a equivocarse era aún más aterrador, terminó por quedarse dormida en el sofá con la cabeza suspendida y los libros abiertos, despertó con tortícolis cuando la luz del sol molestó sus ojos, caminó a la habitación, se escuchaba música salir del gimnasio de John, Anabella se dio un baño y salió de nuevo por café y a preparar comida, le pediría una pastilla a John para el dolor de cuello, al salir aún salía música del gimnasio, pero al llegar a la cocina encontró a John sin camisa sirvi
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