No me extraña en lo más mínimo que, quien habla primero a penas digo eso, sea Charo, quien ahora observa a mi compañera con odio, en lugar de seguir mirándome con lasciva como hasta ahora. Ambas, ella y su gemela, me habían estado contemplando con el deseo pintado en sus rostros a brochazos bien gruesos, ignorando deliberadamente a Jhoana, cosa que al principio no me molestó, porque mientras se concentraran en mí, a ella la dejarían en paz, pero ahora, me molesta profundamente el ver la amenaza que hay en sus ojos. Si llegan siquiera a alzar un dedo en su dirección, juro que van a lamentarlo y mucho, me aseguraré de eso yo mismo. -Sí, hay algo qué decir, Alfa. -Bien, pues habla.-Como bien lo aclaró, ella es humana, es débil y, seguramente, completamente incapaz de hacer lo necesario o siquiera seguirle el ritmo. No digo que sea incompetente, sin embargo, usted no necesita un lastre.-¿Lastre?-Todos vimos cómo la trajio cargando aquí en su lomo, ella no solo no puede cambiar, sino
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