Antonella bajo de su cuarto lentamente, tomándose su tiempo, ella también estaba un poco nerviosa, estaba hermosa y ella lo sabía, parecía una princesa, pero n poseía trono. Según ella si lo tenía. Su madre la vio bajar y una ola de celos la invadió, pero tenía que reconocer que su hija estaba hermosa, así que se lo hizo saber- ¡Estás guapísima que tengas una buena noche! -exclamó. Antonella la observó y pensó que de verdad debería estar muy bella en cuanto su madre se lo decía, no era común en ella, pero cuando lo hacía era porque en realidad así era y ella lo sabía se había esmerado al máximo para lograr el efecto que causó en una persona como su madre. Se sintió el motor de un auto a lo lejos, no era el de su padre, seguro que era el de Marcos, así que apuro bajar los últimos peldaños de la escalera. Enseguida sintió el timbre de la puerta de su casa y la voz de Marcos hablando con uno de los hombres que vigilaban la casa, ese era otro tema que ponía nervioso a Marcos, per
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