Delfina llega a su casa casi corriendo, tiene que volver a ducharse, pensó todo el camino en esa ducha relajante, en su bañera con bastante espuma, acostada con la nuca apoyada en un pequeño almohadón contra agua. Pensó también en Santino, le caía bien el chico, pero lo encontraba un poco seductor, como que jugaba con la seducción, quizás estaba acostumbrado a hacerlo.Delfina era una chica muy madura para su edad, la pérdida de su padre a una edad muy temprana le causó mucho dolor, ella era muy mimada por su papá, cuando el falleció ella sintió que una parte de su vida se fue con él. Por suerte su hermano Marcos estuvo ahí para suplir esa falta y lo hizo muy bien, pero durante mucho tiempo extraño mucho a su papá, incluso lo veía en sueños y a veces sentía su presencia en su habitación. Ella se levantaba muy despacio y lo buscaba y no lo encontraba, sentía el olor a su perfume tan especial que nunca más se le irá de su naricilla. Hasta que un día dejó de buscarlo porque ente
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