Los días transcurrían y los jóvenes mantenían una relación especial. Salían juntos, paseaban por el parque tomados de la mano, hablaban hasta medianoche cuando estaban en casa de Bárbara, sentados en el sofá, muy juntos, y la chica se preguntaba cuándo se terminaría todo ese sueño. Cada día se preguntaba si ese sería el día. Cuando estaban juntos, Bárbara quería olvidar todo y ser una chica normal, enamorada, y tener una relación como cualquiera, en la que los enamorados buscan la oportunidad de estar solos y sentir. Y por supuesto, se preguntaba cuánto tardaría Moisés en querer de ella lo que todos los hombres esperan de una mujer, pero aun cuando se besaban, y había deseo entre ellos, él nunca insinuó cruzar los límites de la caricia.Esa noche no era diferente, cenaron pizza en un lugarcito pintoresco, y se tomaban las manos mientras comían. Había una tensa calma de pasión controlada entre ellos, al fin y al cabo, sólo eran un hombre y una mujer enamorados.Fueron al mirador y sent
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