Capítulo XXXIII. Los gemelos del terror se separan.
Ruyman. Esto estaba siendo un auténtico suplicio, mi casa se había convertido, en el hogar de Romeo y Julieta, el troll de mi hermano se había convertido, en un estúpido, un Romeo de tres al cuarto. Mi cuñada, no dejaba de recibir flores, joyas, la llama a todas horas, había pasado de siempre hacerle la vida imposible, y prácticamente no dirigirle la palabra, a casi ni dejarla trabajar tranquila, siempre pendiente de ella, quería que dejara de trabajar, y había recibido una amenaza de mi cuñada de que, si intentaba controlarle la vida, dormiría conmigo una temporada. -” ¡Ni que yo hubiera hecho algo!, para que me castigase así, soportando los lloros enamorados de mi tonto hermano gemelo.”- Cuando íbamos a su despacho debíamos llamar antes, no sea que Zipi estuviera seduciendo a su mujer sobre la mesa de su despacho. La misma Mary, se estaba hartando de la situación, era como si viviera con otro hombre del que se enamoró. Al idiota de Bencomo, le había dado una infección de enamoram
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