“Es como si hubiese recibido un gran golpe”, su cabeza dolía, reviso su frente al percatarse de la mancha de sangre en el suelo, poniéndose de pie, sacudió su ropa, diciendo “Skiller donde diablos me has dejado”, el camino frente a ella, estaba obstaculizado con piedras de todo tamaño. Retirando cada piedra pequeña en las escaleras, subió, y el olor a madera quemada impregnaba el ambiente. Con las manos hinchadas y encontró un candado en la puerta. Buscando con que romper el candado, tomo una roca en punta, consiguiendo hacer una fisura en la madera, mirando a través de él. —¡Silencio! Pasos rápidos y firmes, eran hombres custodiando del otro lado de la puerta, busque donde esconderme, pero era no había salida, me apegue al muro, abriéndose un pasadizo oscuro y profundo, ante mi incredulidad. —Hay alguien fuera jefe. Sin tener mucho que pensar, entre, choque en el suelo con algo parecido al metal, mientras más me adentraba en el pasadizo una luz se vislumbró. Un extraño lugar fue e
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