EL REGRESO A CASALas vacaciones conjuntas de hijos y madres tocaba a su fin, y esta vez regresarían juntos a sus casas, aunque cada hijo iría a la suya propia y cada madre a la suya. Todo estaba en su sitio, pero ahora faltaba enraizar aquellas relaciones amorosas que estaban en la cuerda floja. Antonio llegó a casa donde le esperaba su pareja, John.-¿Que tal los días sin madres?, seguro que deseando de repetir...-le dijio John que ignoraba todo lom ocurrido.-¡Ay cuando te cuenteeee!, pero primero...-se acercó a él y lo besó como si fuese la primera vez que leo hacía. Con tal apsión, que casi le asustó a John.-¡Pero bueno!, ¿qué es esto?, voy a tener que mandarte con tu madre más dias cariño-ironizó.-Es que me he dado cuenta de que te tengo descuidado, que no te valoro lo suficiente y que me resultas imprescindible en mi vida amor.Esta vez fue John quien lo besó ardientemente y lo abrazó como si quisiera axfisiarlo.-Cariño, no digas esas cosas eres lo mejor que me ha pasado en

CUANDO VENCE EL AMORAquel último día de la guerra de las hijas y las madres, era un día frío, nevaba y el suelo se estaba blanqueando, habían quedado en un lugar para ellos emblemático, les iban a mostrar a sus madres la cafetería Londres. Allí comenzó todo, la comprensión de quienes eran, de qué eran y que necesitaban el amor pero sus madres eran sus “peores enemigos”, y debían neutralizar sus dictaduras, cuatro madres y cuatro hijos que deberían ajustar sus reglas d convivencia y sus maneras d e pensar para ser familias felices e independientes de ideologías extrañas y traumas dominadores de mentes. Le habían pedido a su dueño que la decorase al más puro estilo navideño y es que quedaban pocos días para navidad. Deseaban celebrarla juntos ahora que ya era posible disfrutar estando juntos todos, solo echarían de amenos a la madre de Martín. Le acogerían especialmente para no dejar que la tristeza se apoderase de su mente. Era tiempo de alegría y habían comprado regalos para sus madr