Ya habían pasado dos días desde que intenté escapar, las heridas aun estaban frescas y dolían como el mismísimo infierno, durante todo este tiempo no había salido de la habitación y Oliver no había vuelto a la mansión, o eso fue lo que me dijeron las chicas.Ayer había venido un doctor a revisar mis heridas, me unto una pomada y me dió a tomar un relajante muscular, el cual me puso a dormir por un par de horas.Las heridas profundas, las cuales fueron tres, el les cogió puntos y las demás, las desinfecto.En este momento, me encuentro boca abajo, con la espalda descubierta, sucumbiendo al sueño.A Santiago no lo había visto desde ese día, y las chicas salieron de la habitación, hace unos minutos, en busca de mi cena.Quería llorar de impotencia en ese momento, pero me repetía una y otra vez, que no podía sucumbir a ese deseo.La puerta fue abierta, y pasos se empezaron a escuchar, no podía ver quién era, pero supuse que era alguna de las chicas.Me senté con dificultad,dándole la espa
Leer más