NATASHAEl hombre no dijo ni una palabra, solamente entró en el apartamento como si fuera el dueño del lugar.¿Pero, qué?—Disculpe, ¿quién es usted? —me giré para verlo.Me ignoró por completo, pues parecía estar buscando algo o a alguien. Estaba parado en medio de la estancia y únicamente movió sus ojos por toda la habitación.Luego de eso, fijó su mirada en mí. De nuevo me congelé, pues esos ojos fríos me escanearon de un modo sombrío.Cuando terminó su observación, se movió de nuevo, devuelta a la puerta donde estaba yo. Me quedé de piedra cuando se acercó, pero él, ya no me prestaba atención.¿Por qué estaba temblando? Ya ni me estaba viendo, era claro que yo no era el objetivo por el que vino.Ni siquiera sabía quién era el hombre, era la primera vez que lo miraba, así que no debía tener temor de su presencia. Pero… Aquellos hombres tampoco los conocía, y, sin embargo, intentaron secuestrarme, y… ¿Si él, también había venido a eso?Retrocedí un poco cuando su distancia fue más es
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