DYLANErrores, eso es lo que he estado evitando cometer desde que hace un año decidí que el mundo entero supiera que Harley es mía, mi chica, al principio las cosas iban bien, pasábamos tiempo juntos hasta que las pesadillas volvieron. Poco a poco me fuí volviendo frío con ella, no porque la haya dejado de amar, al contrario, la deseo más, y la amo con más ferviente razón, es solo que ahora, no estoy en un buen momento, mucho menos cuando hace una semana, mi ex novia, llegó como directora del hospital. Harley no lo sabe aún, y espero que siga siendo así, al menos hasta que pueda contarle lo que pasó entre ella y yo, lo cual hace tensas las cosas en estos momentos, en los que me encuentro delante de ella. Y es que Amelie Soto, es una mujer letal y de mucho cuidado. —Nos volvemos a encontrar —me dice. Me quedo callado un par de segundos, la detallo, es alta, delgada, con curvas que aún se notan debajo de la bata, su cabello oscuro largo, le llega hasta la cintura en ondas, y sus ojos
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