Parte II Capítulo 22. Con el alma en vilo
Acostada en la arena, Emma vio la lancha alejarse y llegar al yate. Se arrastró hasta la orilla de la playa, pensó que si lograba vaciar su estómago sus bebés tendrían alguna posibilidad, así que metió la cabeza en el agua salada y se obligó a tragarla, también a dejar que entrara por su nariz, de esa forma comenzaría a toser y podría vomitar. Su plan surtió efecto, de rodilla comenzó a vomitar con la esperanza de ver las pastillas salir de su estómago, pero por más que miró no pudo ver nada, sentía la sangre correr por sus muslos y eso la desesperó «Por favor, Dios, permite que me encuentren, guíalos en el camino, sé que Alec y toda mi familia me deben estar buscando, dales una oportunidad a mis bebés, por favor, por favor» rezó en silencio.Volvió a la playa y tomó la navaja, a pesar del dolor que sentía, levantó su vestido y puso la navaja entre sus rodillas y con el filo hacia arriba la apretó con estas, con desesperación comenzó a cortar la cuerda, poco a poco fue cediendo hasta
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